La denuncia de una mujer, que se encontró el domicilio que compartía con su pareja sentimental un disco duro que contenía fotografías y vídeos donde aparecían varias mujeres semidesnudas, dormidas o bajo los efectos de algún sedante y a las que un hombre les realizaba todo tipo de prácticas sexuales, ha sido clave para poder acabar con las agresiones sexuales cometidas durante años por un individuo. El detenido fue ordenado sacerdote en 2017, fue párroco en una iglesia de Melilla y a comienzos de año fue destinado a la Diócesis de Málaga.
Ante la posibilidad de que tales actos sexuales no fueran consentidos, la denunciante hizo una copia del disco y acudió a la Comisaría de Melilla para ponerlo en conocimiento de los agentes. Tras el análisis exhaustivo del material gráfico, los investigadores observaron que en algunos de los vídeos aparecía el detenido ejecutando prácticas sexuales sobre diferentes mujeres en estado de inconsciencia, prácticas que además grababa.
Una vez dados los pasos pertinentes en la investigación, agentes de la Policía Nacional han detenido en la localidad malagueña de Vélez-Málaga a un hombre que, presuntamente, agredió sexualmente a varias mujeres a las que sedaba y grababa. Las mujeres, pertenecientes a su círculo de amistades, fueron agredidas en diferentes años y localidades y no eran conscientes de haber sufrido ningún delito sexual.
Los agentes averiguaron que las agresiones sexuales se habían llevado a cabo de forma continuada en diferentes años y localidades, con ocasión de viajes de grupos de amigos, entre los que se encontraba el arrestado. Este habría suministrado a las víctimas algún tipo de sustancia que anulaba su estado de consciencia para poder llevar a cabo las agresiones sexuales.
Hasta el momento han sido identificadas cinco mujeres, pero los investigadores no descartan la aparición de nuevas víctimas. Al detenido, que ha ingresado en prisión, se le atribuyen cuatro agresiones sexuales y cinco delitos contra la intimidad.
La investigación continúa abierta, ya que los investigadores consideran que podría haber nuevas víctimas en Melilla, Málaga o Córdoba, lugares en los que el arrestado ha residido.