Agentes de la Policía Nacional han detenido en Algeciras a dos hombres y dos mujeres como presuntos autores de un delito de tráfico de drogas y pertenencia a grupo criminal. La 'Operación Huesca' se enmarca dentro del plan de lucha contra el tráfico de drogas al por menor, desmantelando cuatro puntos muy activos de venta de cocaína, heroína, marihuana y hachís que habían ocasionado una sensación de inseguridad en la barriada de La Bajadilla.
Según ha explicado la Policía Nacional en una nota, la investigación se inició meses atrás cuando la Brigada de Policía Judicial tuvo conocimiento de un punto negro de sustancias estupefacientes en concreto, heroína y cocaína base, sustancias altamente adictivas y con un grave perjuicio para la salud.
Los investigadores realizaron labores propias para detectar el innumerable trasiego de toxicómanos que se desplazaban, así como para su localización, hasta los distintos puntos de venta, puesto que la peligrosidad de estas sustancias son alarmantes.
Fruto de las gestiones realizadas los investigadores pudieron concretar que se trataba de un verdadero grupo organizado dedicado al tráfico de drogas, perfectamente estructurado y con unos roles bien delimitados y definidos.
La organización contaba con un jefe y dueño de los puntos de venta que los dirigía, supervisaba y en ocasiones él mismo se ponía al frente realizando las transacciones. Disponía de varios vendedores los cuales regentaban los puntos de venta de estupefacientes y realizaban las transacción de droga por dinero.
Asimismo, operaba también con una guardería, la cual iba nutriendo de sustancia estupefaciente conforme a las necesidades de las ventas diarias, donde además la "cocinaban" adulterándola para hacerla más adictiva, antes de abastecer el punto de venta. Además, disponían de los "aguadores" y "machacas", personas que se encargan de avisar de la presencia policial al tiempo que captaban posibles compradores.
El grupo delictivo, especializado en el "menudeo", operaba con numerosas medidas de seguridad, las cuales tenían como fin dificultar el trabajo de los investigadores. El principal domicilio de punto de venta rara vez abría sus puertas a los compradores, es decir, disponía de un segundo domicilio contiguo que es donde se realizaban las transacciones finales.
El "machaca", como en el argot policial se conoce a la persona que realiza las labores de atraer compradores y transportar droga, "recibía" a los toxicómanos una vez estos se acercaban a adquirir su dosis, les recogía el dinero y los hacía pasar al segundo domicilio. Este se encargaba de recoger y transportar la "dosis" desde el punto de venta principal al otro punto de venta, donde se realizaba la venta final.
Otra de las fuertes medidas de seguridad de este grupo criminal era contar con puerta acorazadas de hierro y reforzadas con "vigas de obra" en su interior, además de varias cerraduras de seguridad, creando así un verdadero búnker. Circunstancia que no fue obstáculo para los investigadores, para acceder a la vivienda en escasos segundos y así poder evitar que los vendedores se deshicieran de la droga.
Tras meses de investigación, se solicitó los correspondientes mandamientos de entrada y registro en los distintos domicilios al Juzgado de Instrucción Número 5 de Algeciras en funciones de guardia.
Finalmente, en un operativo formado por unos 50 agentes de policía nacional, se detuvieron a cuatro personas y se hallaron en los registros numerosas dosis de cocaína, heroína y marihuana, 3.800 euros fraccionados, útiles para la preparación de la droga, armas blancas, armas contundentes, una pistola simulada y distintos dispositivos electrónicos.
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