Desde el maremoto de 1755 que arrasó con la vida de 2.200 personas, los residentes de Cádiz continuan averiguando qué deben hacer si viene un tsunami. La asociación de vecinos de Segunda Aguada ha querido contribuir en la difusión de información necesaria para que la población esté preparada. Por ello, ha creado por su cuenta su propio plan de contigencia.
Esta iniciativa surge a raíz de las conferencias que impartieron el director general de investigación de la Universidad de Cádiz, Javier Benavente, y el presidente del Instituto Español para la Reducción de Desastres, José Antonio Aparicio. Según los expertos, la población dispondría de 20 minutos para ponerse a salvo si se produjera un terremoto donde existe la falla frente al Golfo de Cádiz. En 1755, muchos intentaron huir de la ciudad por San Fernando y el mar les pasó por encima, solo se salvaron los que decidieron subir en altura y esperaron a que el mar se retirase.
El presidente de la asociación de vecinos de Segunda Aguada, Antonio Peinado, ha explicado en Radio Cádiz que se dieron cuenta de que "había poco trabajo previo sobre cómo informar a los vecinos de los protocolos de actuación y de la importancia que tiene en una catástrofe como esta saber cómo actuar". Por esta razón, pusieron en marcha este plan de contingencia que describe con detalle lo que puede suceder ante un maremoto.
La catástrofe puede dar lugar a incendios, inundaciones, epidemias, pánico, derrame de hidrocarburos. Para saltear estas consecuencias y reducir los efectos, se propone tener información amplia sobre los protocolos de actuación. El plan recoge que es fundamental que el Ayuntamiento establezca una serie de zonas seguras e incorpore en la ciudad sistemas de alerta temprana, por ejemplo, en los altavoces de las playas, sirenas de bomberos o mensajes a través de medios de comunicación.
Por su parte, la población debe poseer un kit de evacuación con radio portátil, botiquiín, linternas o agua potable, y seguir una serie de recomendaciones como evitar correr, evitar salir de manera desordenada, no huir de forma horizontal y siempre refugiarse en altura, alejarse de lugares donde se pueden desprender objetos. A su vez, los expertos encomiendan esperar varias horas a que suceda el maremoto para salir de los lugares seguros y comunicarse con la familia mediante mensajes porque las líneas telefónicas pueden colapsarse.
El documento ha empezado ya a repartirse entre comunidades de propietarios del barrio y será presentado al Ayuntamiento en septiembre. "Queremos que cuanta más gente lo conozca, mejor, y que con talleres informativos podamos informar a toda la población", han comentado.
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