El Ayuntamiento de Algeciras ha convocado una concentración en recuerdo de las víctimas de los atentados yihadistas cometidos hace un año en la ciudad y que se saldaron con la muerte del sacristán de la iglesia mayor, Diego Valencia, y con el vicario de la Capilla de San Isidro, padre Antonio Rodríguez Lucena, fallecido el pasado mes de octubre a causa de una enfermedad, herido de gravedad.
El alcalde, José Ignacio Landaluce, ha explicado que la convocatoria ha sido fijada para las ocho menos cuarto de la tarde de este jueves, 25 de enero, en la Plaza Alta, y que será llevada a cabo con el visto bueno de la familia de Diego Valencia.
Así, desde el Consistorio se ha dado traslado de esta decisión a todos los grupo políticos que conforman la Corporación municipal, al tiempo que se invita a colectivos sociales y ciudadanos en general a que se sumen a este acto de homenaje a la memoria de las víctimas y de repulsa ante cualquier tipo de violencia.
La mujer e hijos de Diego Valencia, quien murió a manos de Yassine Kanjaa, han agradecido en una carta pública el cariño recibido a punto de cumplirse un año del asesinato del sacristán
"Este jueves, se cumple un año de la muerte de nuestro padre y esposo, Diego Valencia. Han sido doce duros meses en los que toda la familia ha añorado su figura, y recordado las fatales circunstancias en las que falleció. Lo hemos hecho desde el recogimiento que nos demandaba nuestro estado de ánimo, si bien hemos sido conscientes en todo momento, del apoyo que amigos y personas desconocidas nos han hecho llegar. Es el momento de agradecer a todos ellos su generosa cercanía y desinteresada solidaridad, sin las que, sinceramente hubiera sido difícil soportar el dolor generado", señalan en la carta.
"En nombre de la familia queremos hacer extensible nuestro agradecimiento al Obispado de Cádiz y Ceuta, medios de comunicación y al conjunto de la ciudadanía y autoridades, quienes nos trasladaron de forma unánime su pesar por el fallecimiento y Diego, y le rindieron cariñosos y póstumos homenajes en su memoria", prosiguen.
"Estamos seguros que nuestro ser querido descansa amparado por la Virgen de la Palma, bajo cuyas imágenes trabajó años como sacristán de dicha iglesia. Que la infinita misericordia de Nuestro Señor se apiade de quienes generan y han generado tanto mal en el mundo, porque como nos enseñó Jesucristo Crucificado, no son conscientes de sus actos. Por encima de ellos, queda la obra de Dios y de las personas que, como nuestro querido y amado Diego, dedican su vida a poner en práctica la palabra del Señor, desde la fe, la esperanza y la caridad", finalizan.