Consternación en Barbate este sábado 17 de febrero por otro episodio de máxima violencia contra la Guardia Civil. La Benemérita ha detallado cómo ha sucedido el último suceso que ha acabado con tres agentes heridos leves y daños en la puerta del acuartelamiento.
El altercado ha tenido lugar este viernes 16 de febrero en torno a las 23.30 horas, momento en el que dos ciudadanos se acercaron al cuartel para denunciar una agresión. En las dependencias estaban el agente que presta servicio de puertas y dos más de atención al ciudadano.
Según ha podido saber lavozdelsur.es, el guardia estaba explicando a estas personas que antes de proceder debían obtener asistencia médica y un parte de lesiones cuando, de pronto, varias personas se bajaron de un vehículo. "Se bajaron rápida y violentamente del mismo con la intención de iniciar una reyerta con los ciudadanos que se encontraban ya en dependencias", explican.
Para evitar dicha agresión, estás dos personas que había ido a denunciar se refugiaron en el interior de las dependencias, cerrando la puerta para evitar dicho enfrentamiento.
Ante tal circunstancia y dado el elevado estado de exaltación y violencia que presentaban, comenzaron a empujar la puerta y a propinarle fuertes patadas "con la clara intención de conseguir acceder por la fuerza a las dependencias y agredir a los ciudadanos que se refugian, quienes también se tornan violentos ante dicha situación".
La Guardia Civil expone que los tres agentes que se encontraban allí tuvieron que lidiar conjuntamente para contener la violencia de los dos ciudadanos y para aguantar y sostener la puerta del acuartelamiento, con el fin de evitar que se venciera y abriera ante las embestidas procedentes desde el exterior.
Varios minutos después, al ver los agresores que no habían conseguido acceder a las dependencias, se marcharon, y los agentes aprovecharon para solicitar apoyo de otras patrullas.
Escasos minutos después, aparecieron otras dos personas, siendo atendidas por la ventana de seguridad de la puerta e informadas que hasta que no vinieran los refuerzos no se iba a abrir la puerta. "Estos últimos eran familiares de las personas que estaban en el interior refugiadas, no obstante, al ver que no podían acceder a dependencias, comienzan también a propinar fuertes patadas a la puerta", concretan.
Los agentes trataron de dialogar con ellos y calmarles hasta que los ciudadanos refugiados en el cuartel decidieron que no iban a interponer finalmente denuncia. De esta forma, se marcharon con los familiares que estaban en el exterior. Posteriormenten tuvieron que intervenir en el centro de salud, al encontrarse ambas familias en dicho lugar.
Según traslada la Benemérita, entre los componentes del Puesto de Barbate se percibe malestar a causa de la percepción total de inseguridad, así como de la ausencia total del principio de autoridad.