El primer día del Festival Puro Latino en El Puerto de Santa María se vio empañado por un triste suceso ocurrido por la noche, cuando alguien lanzó dos bombas de humo que provocaron picores en la garganta y la nariz e incluso desmayos en varios de los asistentes.
El suceso tuvo lugar en la zona trasera del festival, junto a la zona de servicio de bebidas, en torno a la medianoche, justo cuanto Nicky Jam estaba empezando su concierto. "De repente vimos que salía humo cerca nuestra y la gente empezó a salir corriendo", cuenta a lavozdelsur.es la amiga de una de las chicas que tuvo que ser atendida por los servicios sanitarios.
"Estábamos cerca de la barra y nos acercamos de inmediato a pedir agua. Muy amablemente nos atendieron y me ayudaron a subir a mi amiga para trasladarla al punto de enfermería porque estaba perdiendo el conocimiento", explica.
La afectada está estudiando Enfermería y antes de desmayarse por completo estuvo indicando a su acompañante lo que debía hacer. "Tenía los labios morados y las piernas flojas. Ella desde el primer momento me dijo que la habían drogado con ese gas".
Una vez fue trasladada al punto sanitario se la atendió en una de las camillas. No obstante, el aluvión de personas que requerían asistencia tras haber inhalado el humo dificultó su labor. "Ellos hicieron todo lo que pudieron pero había muchísima gente que tenía los ojos llorosos o que estaba semiincosciente", recuerda.
Así pues, decidieron abandonar el recinto (donde todavía habían personas visiblemente afectadas en distinto grado por el humo) para dirigirse a las Urgencias del Hospital de Santa María de El Puerto. "Llamé a mi novio para que nos recogiera y nos llevara al hospital. Mi amiga necesitaba que le hicieran un análisis para saber qué le habían administrado", insiste la joven.
A la salida, la chica volvió a desmayarse. Cerca de ellas estaba la Guardia Civil, que las socorrió inmediatamente y las escoltó hasta el centro sanitario. A su llegada, llevaron a la afectada al interior y comenzó el calvario. "No me dejaron entrar con mi amiga que estaba casi sin conciencia", denuncia.
La chica intentó hacerle saber a los médicos que la habían drogado pero no accedieron a hacerle ninguna prueba. "Se limitaron a darle un bote para hacerse un análisis de orina. A una chica que estaba sola y medio desmayada. Al final casi si dio un golpe contra el lavabo y no se le pudo hacer el análisis", dice la acompañante.
Sin embargo, la cosa todavía podía ir a peor y es que los sanitarios se tomaron a guasa la denuncia de que podrían haberla drogado y le dijeron que "anda que cómo se había puesto en el concierto, que enseguida se le iba a pasar la borrachera".
Las jóvenes no se explican por qué no se realizó ni siquiera un análisis de sangre para verificar la presencia de sustancias extrañas, pero también remarcan el trato vejatorio de los trabajadores del centro hospitalario, perteneciente al grupo Pascual. "Como mi amiga insistía en que le hicieran un análisis uno de los médicos dijo que se iba a ir porque si no le iba a dar dos hostias. No entiendo qué necesidad hay de negar un servicio al paciente y encima tratarlo así".
Afortunadamente, la afectada se encuentra ya fuera recuperándose y su amiga intenta vencer la ansiedad que le provocó todo lo sucedido. Ellas desean plantearse "qué clase de diversión es meter miedo e intoxicar a la gente. Ya no puedes salir de casa tranquila porque en cualquier sitio te pueden pinchar o vete a saber qué más".
En cuanto a lo sucedido en el hospital remarcan que "no van a dejar pasar esta situación por alto. Todo el mundo tiene derecho a que le atiendan y se supone que se debe ofrecer un trato, al menos, respetuoso". Este medio ha intentado recabar la versión de la organización del festival, sin éxito.