Acaba de saltar el levante, viento que tantas veces ha acariciado la cara de una joven en los innumerables partidos donde ha jugado. El deporte core por las venas de esta portuense de 25 años que lleva toda su vida en movimiento. Andrea Zarzuela Gómez conoce a la perfección las reglas del fútbol, da patadas al balón desde los siete años y arbitra desde que cumplió la mayoría de edad. Pero confiesa que nunca ha defendido en un campo de juego que, a partir de ahora, le resultará familiar. Cuando se quita las botas y guarda el silbato se adentra en un mundo todavía desconocido para ella. Pronto asistirá a su primer pleno tras sumarse a las listas del PSOE y unirse al proyecto que David de la Encina presenta de cara a las próximas elecciones municipales.
La más joven del equipo comenzó a practicar este deporte de la mano de su padre. “Siempre me llevaba a ver al Racing Portuense cuando estaba en Segunda B, éramos abonados. He vivido el fútbol desde chiquitita, dentro de mi casa”, explica sentada en una grada del Polideportivo municipal donde suele velar por el orden en los partidos.
Después, se apuntó en equipos locales donde estuvo federada hasta que, con once años, se apartó de la competición. Andrea nunca dejó de jugar, disfrutaba pasando la pelota a sus compañeros y tratando de marcar el gol. Y con 18 años, volvió a los torneos, pero esta vez, para encargarse del cumplimiento de las normas. “Me llamaron y yo no me lo pensé mucho, dije que sí y hasta el día de hoy”, comenta la portuense que actualmente arbitra fútbol sala en categoría provincial. Trabajo que compagina con esta nueva aventura política y con la preparación de unas oposiciones a la Policía Local.
Desde hace un año, estudia y entrena duro para lograr sus metas. Cada día corre en la pista de atletismo de las instalaciones municipales, ubicada al lado de los campos en los que jugaba. Andrea cuenta que tuvo un parón en su carrera como árbitra, antes de la pandemia, a raíz de lo continuos insultos que recibía. “En San Isidro del Guadalete, una pedanía de Jerez, estuve pitando de asistente y antes de salir por el túnel del vestuario una madre me dijo: ojú, dos mujeres, a ver cómo lo hacéis. Estuvo los 90 minutos diciéndome: Tú lo que tienes que hacer es estar fregando. Eso fue lo peor, yo decía, cómo puede estar pasando esto”, cuenta Andrea recordando el episodio que le llevó a abandonar.
Con frecuencia, los comentarios, aunque no fueran machistas, se repetían y tenía que soportar “me cago en tus muertos” o “hija de puta”. “Por desgracia, es el pan de cada día para todos los árbitros y todas las árbitras. Está muy normalizado”, dice.
Llegó un punto en el que iba “sin ganas” y con temor a ver qué se iba a encontrar en las gradas. Pero esta temporada 2022/2023 ha cogido fuerzas y vuelve a disfrutar de su pasión.
"No concibo pegar patadas a un jugador cuando está en el suelo sangrando"
La violencia en el fútbol está a la orden del día. No solo por parte de los espectadores sino también de los propios jugadores. Sin ir más lejos, el domingo un jugador del Puerto Real fue expulsado del club tras propinar una brutal paliza a otro del Racing Portuense. “Eso pasa y seguirá pasando porque no hay una condena radical. Si la Federación quitara al equipo de la competición o le cerrara el campo, cesaría. Hay cosas que hay que cortar de raíz. Pegarle patadas a un jugador cuando está en el suelo sangrando por la nariz, no lo concibo, la verdad, pero ni como árbitra ni como espectadora. Yo veo eso y seguro que salto al campo para separar”, expresa.
Desde su punto de vista, hacen falta más medidas. “Lo que duele es una condena, si es un delito de lesiones, que se le impute como eso y no dejarlo solo en el ámbito deportivo”, añade Andrea, que también ha presenciado preocupantes comentarios de padres a hijos.
"Creo que el caso Negreira es muy aislado"
Durante un partido que estaba arbitrando, un padre le dijo a su hijo de siete años: “No me ha gustado cómo has jugado porque no has metido ni un gol”. En ese momento, la portuense se dio la vuelta y se dirigió a él. “Le dije, perdona que me meta, pero ese no es el fin de su hijo, el fin es disfrutar y aprender. Ya está”, sostiene.
En el fútbol, este tipo de casos son más habituales que los de corrupción. “Yo creo que es un caso muy aislado”, dice Andrea cuando se menciona el caso Negreira, en plena investigación designada por la UEFA a dos abogados suizos.
Un club paga a los árbitros y mantiene una relación de este tipo. “Eso no es normal ni deberíamos verlo normal. Al final no sé si acabará siendo verdad o mentira, pero sí es verdad que hay hacer algo tajantemente contra el club y contra las personas que están involucradas”, comenta.
—¿Crees que este caso puede manchar la imagen de los árbitros?
—Yo creo que ya la está manchando. Ahora mismo hay mucho achaque a los árbitros de Primera División. Yo siempre he dicho que los árbitros siempre tienen fallos porque somos personas. Un delantero falla, un portero falla, un centrocampista falla y el árbitro no es una máquina, es una persona. Pero ahora yo creo que se le está dando más bombo a los fallos que tienen los árbitros.
Andrea habla de fútbol y, también de política, esfera que empieza a palpar poco a poco. Asegura que nunca había estado en ningún partido y, mucho menos, se le había pasado por la cabeza apuntarse a uno. Pero un día recibió una llamada que le animó a lanzarse a vivir una nueva experiencia. “Se lo comenté a mis padres, me preguntaron si quería y les dije, si es para hacer un bien a mi ciudad y un bien al deporte, que es lo que a mí me gusta y lo que yo amo, pues adelante”, señala la joven que concibe ser la concejala número 10 como “un reto a la vez que una responsabilidad”.
Entusiasmada, de su boca solo salen buenas palabras para David de la Encina y el resto del equipo que le han dado esta oportunidad para la que “estoy preparada, cuando hago algo es porque sé que puedo y quiero”.
—Has arbitrado en diferentes instalaciones deportivas de El Puerto. ¿Cómo las ves, se podrían hacer algunas mejoras?
—En todas. La única que no he pisado ha sido Angelita Alta. Yo entreno todos los días aquí y como yo, muchos opositores, y la curva primera está entera quemada. En la pista de jóvenes portuenses del Tejar una vez hubo una noche que llovió, al día siguiente yo pitaba allí y eso era una piscina. Y tengo fotos de la pista del pabellón Ramón Velázquez y es madera dura, te caes y te partes un diente. Es peligroso. Me consta que se están quejando del estado del parqué.
—¿Qué otros aspectos de tu ciudad te gustaría cambiar?
—A mí me encantaría la inclusividad en el deporte. Conozco a bastantes niños con discapacidad y los padres me dicen que no hay nada para ellos. Tienen toda la razón del mundo. Yo creo que las instalaciones no están adaptadas a ellos. Esa sería una de mis propuestas a conseguir. Desde la Policía Local hasta los barrios están abandonados. Yo creo que, al final, son lo más importante, que las personas vivan bien, tranquilas y a gusto.
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