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De policía nacional a local
David Viñuela se siente motivado. Este asturiano de 46 años, nacido en Oviedo, piensa poner todo su empeño en mejorar un servicio público que en los últimos años ha estado envuelto en distintas problemáticas. Está en ello. Este ingeniero informático pronto cumplirá su primer año como Intendente Principal de la Jefatura de la Policía Local de El Puerto. El pasado 3 de octubre de 2023 se puso al frente de este cargo marcado por la polémica tras presentarse a un proceso de selección en el que no tuvo competidores. Nadie se atrevía, excepto él.
David sustituye a Carlos Rodríguez Baturone, un guardia civil que fue cesado por un decreto del alcalde a los 16 meses de tomar posesión. Antes, el puesto era de Rafael Muñoz Leonisio, militar de la Infantería de Marina en reserva que fue detenido por supuesto cobro de comisiones ilegales y cuyo rostro salía cada dos por tres en los medios por su voraz activismo en redes sociales. Insultos, tala de árboles sin autorización y un largo etcétera.
El asturiano está sentado en el mismo sillón en el que se sentaban estos dos antecesores. Parece un hombre tranquilo, aunque confiesa que no lo es mucho. A su cargo tiene a más de un centenar de policías que le han dado una buena acogida. “Muchos me conocían de antes”, dice el que fuera inspector de Policía Nacional. “Llegué a El Puerto en 2009 con mi mujer, que también es compañera, vinimos para estar un par de años, y al final, nos quedamos aquí”, cuenta. En su currículum acumula reconocimientos como la Cruz Blanca al Mérito Policial o la Cruz al Mérito Naval con distintivo Blanco. A lo largo de su vida ha participado en misiones contra el narcotráfico o el terrorismo. E 2011 se trasladó en Comisión de servicio a la Jefatura Superior del País Vasco siendo asignado al Grupo I (ETA) de la Brigada Provincial de Información, luchando contra la banda terrorista ETA. Un año después, volvió al sur como Jefe de la Unidad de Prevención y Reacción de la Comisaria de El Puerto (UPR). Su última función fue Brigada Local de Información.
Desde este despacho, comparte sus sensaciones tras un verano movido, época en la que la población se triplica. “En agosto ha sido un no parar, hasta 70 requerimientos para un operador”, dice. Ahora, arranca una nueva etapa en el Cuerpo, al que le desea devolver el respeto que llegó a perder por los pasados tiempos convulsos.
Siempre me ha gustado. Mi padre era policía, mi tía es policía y siempre me ha llamado la atención. Al acabar la carrera, me pregunté dónde ir, qué hacer, y, al final me presenté y, a la tercera aprobé.
Fue una propuesta del equipo de gobierno, del alcalde, Germán Beardo, de Javier Bello, de Antonio Caraballo, y del concejal Jesús Garay. Dije que sí, es todo un reto.
Yo había trabajado mucho con policía local, teniendo en cuenta que yo vengo de la Seguridad Ciudadana y en casi todos los dispositivos grandes, de ferias, motos, cualquier otro evento, siempre he coincidido con la plantilla. Conocía a gran parte de la plantilla y ellos me conocían a mí. Era un reto después de todo lo que había pasado. Intentar aportar mi granito de arena y reconducir un poco la situación y dar otra visión de lo que es la policía. Es un reto personal y profesional.
Cada uno que aguante su vela y sea responsable de sus actos.
Muchísimo trabajo, muchísimo. Este verano ha sido horrible de trabajo. Ha habido muchísima gente y entonces en algún momento hemos estado desbordados porque tenemos una plantilla que es corta. Estamos en un proceso de sacar plazas, de conseguir más policías, de organizar un poco mejor el trabajo, pero aún así, para mí, a pesar de todo, ha sido un éxito. Ha salido todo perfecto, no ha habido ningún problema como en los años anteriores.
"Hay que reconstruir la escala de mando entera"
Había un problema de escala de mando, que no existe, hay que reconstruirla entera. Estamos en proceso de reconstrucción con el equipo de gobierno, es una apuesta personal de ellos. No hay un criterio de trabajo, hay que reconstruir todos los procesos de trabajo, que se importan desde Policía Nacional a aquí. Aquí hay grandes profesionales, lo que pasa que hay que saber tratarlos y colocarlos en los sitios adecuados con la gente adecuada. No sobra ninguno. En verano hemos trabajado y la estadística está ahí, hemos cuadriplicado los resultados de los últimos 10 años.
A base de aplicar la ordenanza de convivencia que persigue el Botellón. Y ya han llegado todas las sanciones, alrededor de unos 150 euros por cada una de ellas. Rosa de los Vientos, Vistahermosa o el parque Rafael Tardío Alonso. Hemos ido trabajando en los sitios que ha habido problemas. Hay que tener en cuenta que esto es imposible erradicarlo. Cuando lo aplicas en un sitio se mueve hacia otro, no desaparece. Pero hemos intentado, en la medida de lo posible, que no moleste al ciudadano ni al que está pasando sus vacaciones. El botellón es como la energía, ni se crea ni se destruye. Si aprietas por un lado aparece por otro, o sea, no hay más. Es un problema que va a existir siempre. Para mí, lo más importante es que no moleste al resto de la gente. La libertad de uno acaba donde empieza los derechos del otro bueno.
No depende de nuestra área, pero te puedo decir que nosotros tenemos ocho funcionarios dedicados a las playas todos los días, en turno de 12 de la mañana a 8 de la tarde, y los resultados han sido espectaculares. No solo en temas administrativos, sino también en temas humanitarios como paradas de corazón, niños perdidos en la playa, ayudas a las personas mayores. El feedback que nos da la gente es que ha estado contenta.
"Es imposible erradicar el botellón"
Ahora mismo es una conducta que se impune penalmente. Se está aplicando la ordenanza de convivencia, se les está levantando actas, pero, al final, como muchos de ellos no pueden pagar porque no tienen ningún tipo de ingreso, quedarán en aguas de borraja. Lo que se hace es informar a los conductores que no están obligados a pagar, de hecho hemos puesto varios carteles en los distintos aparcamientos para que la gente sepa que nadie está obligado a pagar.
Antes había una empresa de patinetes que hizo caso omiso a los requerimientos por parte del Ayuntamiento de que los retirara, a día de hoy ya se ha retirado. Ahora mismo no tenemos ninguna empresa de alquiler de patinetes, se está trabajando en una futura licitación. El patinete es un ente que tiene que empezar a regularlo la Dirección General de Tráfico porque está un poco en el limbo de los justos. Hay una regulación muy clara y sí se puede sancionar por ciertos preceptos del reglamento de circulación. Pero, al final, el problema es que no se respetan las normas. Son chicos muy jóvenes y algunos patinetes están trucados y cogen velocidades que no deberían coger. Ya es un problema de nivel nacional. Hasta que Tráfico no coja el toro por los cuernos va a ser muy difícil de solucionar.
No lo sé. Había un problema muy claro que era la barriada José Antonio, era un núcleo de venta de sustancias estupefacientes a nivel provincial, y, si me apuras, supraprovincial. Ya no existe. Pero tampoco veo ningún problema.
Todo se puede mejorar, pero en general pienso que vivimos en el paraíso.
Eso pasó en su día, agua pasada para mí no corre el molino. Esto es como la historia, tú no puedes juzgar hechos que no has vivido. Te cuentan cosas, oyes cosas de un lado y de otro, pero yo cuento desde el 3 de octubre del 2023, lo que haya pasado antes, lo desconozco y no voy a entrar a hablar de ello.