Vivir de la cultura, a veces, es difícil. Tocar la guitarra, pintar, rodar, escribir. Cuesta que las manifestaciones artísticas den sus frutos. “Por supuesto que no es fácil”, dice Fernando Lores Heredia, portuense de 48 años nacido en 'Frontela' (como se conoce al Hospital Santa María de El Puerto) y criado entre el centro y la barriada de El Molino. Él no se encuentra entre los 122.255 desempleados registrados en la provincia de Cádiz en junio, según los datos del Ministerio de Trabajo publicados este martes –con 2.987 personas en desempleo menos que el mes anterior–. Actualmente, se dedica a la pintura, pero en 2011 sí experimentó lo que supone quedarse en el paro. Fue entonces, tras dos años como oficial de primera en Visteón Cádiz Electrónica, cuando se planteó encauzar su vida laboral hacia el arte. La empresa planteó un ERE y Fernando se reinventó. Parecía llevar un pincel debajo del brazo cuando llegó a este mundo.
“Es de nacimiento”, dice el portuense, que con nueve años ganó su primer premio nacional en un certamen de temática deportiva. No dudó en apuntarse a esta convocatoria que le propusieron en el colegio de La Salle, donde se formó hasta octavo. Después, estudió en el centro educativo SAFA San Luis, terminó Administración y se decantó por una carrera universitaria que no llegó a terminar. A lo largo de su vida ha tenido varios trabajos, como el negocio familiar junto a su padre, en un camión frigorífico. No ha sido hasta hace trece años cuando ha profesionalizado una inquietud que le ha acompañado desde siempre.
“Yo creo que siempre he sabido pintar. Es auténtica pasión lo que tengo por la pintura”, expresa este artista que suele inspirarse en fotografías para después darle su toque en blanco y negro. Lleva desde muy pequeño presentándose a concursos de esta disciplina y, en la mayoría de los casos ha logrado menciones o premios tanto a nivel local como nacional. Y no para. Acaba de recibir la noticia de que su obra ha sido seleccionada para ser expuesta en el Museo Naval de Madrid desde el 15 de julio hasta la segunda quincena de septiembre tras participar los Premios Virgen del Carmen 2024. Dos de sus obras ya fueron seleccionadas en este mismo certamen convocado por la Armada Española en 2022 y en 2023.
"Me presento a unos cinco concursos nacionales al año"
Este mes de junio, además, ha obtenido el tercer premio en el I Certamen Nacional de pintura Bodegas Zifar, Peñafiel, de Valladolid 2024. Un acrílico sobre madera en el que refleja el primer plano de un caballo. Y una mención especial en el IX Concurso de temática militar del Centro Histórico y Cultura Militar de Baleares. En 2023 ya logró esta distinción por los trazos de un helicóptero de ataque. También fue seleccionado en los Premios Ejército del aire y del espacio 2022, que, según explica, es el tercer premio más importante de pintura de España.
“Me presento a cuatro o cinco concursos al año a nivel nacional, normalmente de pintura rápida. Soy socio de una web donde aparecen todos los premios que se convocan y voy mirando el que me interesa”, comenta el portuense. En estos momentos, está inmerso en un cuadro para el 39º Premio BMW de pintura, que recibe candidaturas hasta el 19 de julio. “Son premios que te pueden cambiar la vida y se presenta muchísima gente”, añade.
La temática de sus pinturas varía en función de los concursos en los que decide inscribirse. Igual dibuja un pura sangre que un avión militar, el ya destartalado Vaporcito de El Puerto, un navío histórico o un coche de caballos que adornó el cartel de la Feria de Villamartín en 2022. Su fuente ingresos se basa en los premios que acumula, en la venta de las obras galardonadas, y en los encargos de particulares. “Los cuadros que hice para los últimos concursos los he venido rápido. Por la web me encargan rostros o casas, aunque no para tirar cohetes”, reconoce.
Fernando ha demostrado que sus pinceladas tienen cabida en museos significativos del país. De las paredes de tres de ellos cuelgan algunas de sus creaciones. En concreto, en el cuartel general del Ejército del Aire y del Espacio de Baleares, en el Museo Naval y en el Museo de Aeronáutica y Astronáutica del ejército del Aire, ambos en Madrid.
Sin embargo, a pesar de ello, el artista comparte que nunca ha tenido la oportunidad de mostrar su obra en una exposición individual. “Lo he solicitado dos veces en El Puerto, pero no ha habido forma”, lamenta. Fernando lo seguirá intentando y dándole rienda suelta a la imaginación. Su bandera es ese amor que desarrolló por este arte desde que tiene uso de razón.
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