Tenía una carrera universitaria y hablaba seis idiomas, pero por las circunstancias de la vida, acabó viviendo en la calle, en El Puerto de Santa María. Era conocido por muchos como El Portu, pero no dejaba de ser un invisible, una persona sin hogar que recorría las calles portuenses con un carro y sus pocas pertenencias.
Amante de la música de Bob Marley, El Portu animó a muchos vecinos durante la pandemia con su gracejo y sus bailes para hacer más amenas las tardes de aquellos que permanecían en sus casas.
Tenía una calidad humana extraordinaria, como relatan muchos vecinos, pero tal vez solo se quería ver aquella parte más oscura que le llevó a estar vagando como un fantasma.
Portugués de nacimiento y forofo del Benfica, en los últimos tiempos se le veía pasar las noches en el árbol de la puerta del cementerio portuense.
Este jueves perdía la vida. Muchas personas que le conocieron están mostrando su pesar por su fallecimiento.
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