La "indefensión" de los vigilantes de seguridad de Renfe en Cádiz: "Uno solo protege más de cuatro trenes"

Csif denuncia las condiciones en las que desempeñan su trabajo estos profesionales tras la última agresión registrada en la estación de Jerez

Una estación de Renfe en la provincia de Cádiz.

La brutal agresión que sufrió el 19 de julio un vigilante de seguridad en la estación de Jerez ha vuelto a poner en el foco las condiciones en las que estos profesionales de Renfe y Adif desempeñan su trabajo. El sindicato Csif ha puesto de manifiesto la "indefensión" a la que se ven sometidos y reclama más recursos personales y materiales para evitar estos indicentes.

"No se puede vigilar las estaciones de ferrocarril con un vigilante en solitario y tampoco dentro de los trenes de cercanías debe haber un solo vigilante para la seguridad del convoy”, ha subrayado el responsable de Área de Seguridad Privada de CSIF Cádiz, José Manuel Pérez Crespo, que recuerda que Renfe “ha eliminado el arma reglamentaria de los servicios conflictivos, muchos de ellos en polígonos retirados en los que un solo vigilante tiene que proteger más de cuatro trenes, en extensiones enormes en las que una sola persona es incapaz de ofrecer seguridad, ni para su cometido, ni mucho menos para sí mismo".

El responsable de Csif ha avisado de que “las empresas contratan servicios con presupuestos temerarios, sin observar la calidad del servicio y la seguridad, y ello repercute finalmente en muy mayor riesgo para los trabajadores”. En este sentido, ha reclamado “que deje de priorizarse la economía sobre la seguridad”.

También ha explicado que “la política de Renfe y Adif de anteponer la economía a la seguridad de los viajeros y de los trabajadores, dan el resultado cada vez más habitual de agresiones a vigilantes que prestan servicios en sus instalaciones”. El representante ha deseado la pronta recuperación al compañero y ha lamentado que "este será otro episodio violento más que pasará a la historia sin que nadie haga nada al respecto".

Ante esta situación, exige “que las evaluaciones de riesgo por agresión así como las específicas del puesto de trabajo de los vigilantes de estaciones, trenes y talleres, se hagan con el criterio de evitar los riesgos y no de beneficiar a las empresas económicamente, que es como se está haciendo hasta ahora”.

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