Najat hace unos días que no ve a Jonás, su bebé de once meses. Le han retirado la custodia de forma provisional. La acusan de desamparo. A ella y a su marido. La delegación territorial Salud sostiene que el niño padece una anemia y que no estaba recibiendo los cuidados necesarios. La resolución emitida por la administración autonómica basa su decisión en varios supuestos. El primero, que los padres son vegetarianos estrictos, algo que desmiente Najat: “Vivimos al lado del mar y comemos pescado a menudo y jamón de vez en cuando”. También apunta que los pechos de la madre están “vacíos”, algo que desmiente: “Actualmente, y con el fin de evitarme una mastitis, me tengo que sacar la leche, también porque quiero mantener la producción de leche, ya que creo que un niño con problemas médicos necesita su alimentación y el pecho”.
El pequeño Jonás, dice la resolución de la Junta, a la que ha tenido acceso lavozdelsur.es, no se ha sometido a ningún control pediátrico. Su madre, una vez más, sostiene que es falso. “Por suerte tengo los informes del pediatra privado al que lo llevamos”. El bebé, que estuvo ingresado en el Hospital Puerta del Mar de Cádiz por padecer una anemia megaloblástica —por falta de vitamina b12—, solo se alimentaba de leche materna, señala la Junta. “Es falso —dice la madre—, aunque es cierto que la leche ha sido el alimento principal, mi hijo ha probado otros”. La abogada de la familia, en el informe de alegaciones presentado, lo ratifica: “La crianza se desarrolla con normalidad y en torno a los 5 o 6 meses de vida se comienzan a introducir en la dieta del niño, de forma progresiva, los siguientes alimentos: plátano, purés de calabaza, patata, boniato, zanahoria, diversas frutas, cereales y pan. Los padres deciden no vacunar”. Y añade: “En torno al noveno mes de vida notan al niño decaído (…), el padre de ella, médico, los visita y dice que el niño parece tener anemia porque tiene las orejas amarillas”.
Durante el ingreso en el hospital gaditano, “la señora Najat ha intentado acompañar a su hijo, consolarle y ofrecerle el pecho, ya que es un bebé lactante”, recoge el escrito de su abogada, que añade: “Esto provoca un choque constante con el personal, que la acusa de obstaculizar el tratamiento y ser la responsable de que en varias ocasiones hubiera que recolocar la vía, que no fue por esos motivos, ya que se debió al propio movimiento del bebé, ocurriendo también cuando lo cogía una enfermera o permanecía solo en la camilla”. El expediente elaborado por la Consejería de Salud Igualdad y Políticas sociales, junto con el servicio de protección de menores de esta entidad, acusa a los padres de Jonás de desamparo y le retira la custodia, entre otros motivos, por “no colaborar con el tratamiento”.
Najat explica que “tanto el ingreso como los cuidados hospitalarios se han producido a nuestra instancia, nuestro único deseo, en todo momento, ha sido que nuestro hijo se curase y estuviera bien. En ningún momento nos hemos opuesto a ningún tratamiento, ni hemos pedido un alta voluntaria”. La madre explica que ha intentado “acompañar y reconfortar a mi hijo y darle los cuidados que la propia Junta de Andalucía promueve para el cuidado del niño hospitalizado”, y que se ha encontrado con “gran hostilidad por parte de algunas personas del personal sanitario por querer coger en brazos a mi hijo y por querer seguir ofreciéndole el pecho”. “He tenido que soportar críticas del tipo tu teta es un juguete, la teta de postre, la usa de chupete, eso no lo puedes hacer en la calle y mucho más. Además la pediatra que dio el alta a mi hijo tampoco colaboró con Asuntos Sociales para que al menos se respetara la lactancia aparte del horario de visitas”, relata Najat.
Las alegaciones presentadas por la abogada de la familia asegura que “en la resolución administrativa se recogen otras afirmaciones que no se corresponden con la realidad, como que el bebé se alimentaba exclusivamente con leche materna, que los padres son vegetarianos o que el niño tenga piojos. Tampoco es cierto que la señora intentase sobornar al conductor de la ambulancia para que la llevase a Bolonia, limitándose a expresar, en una conversación banal, su deseo de no tener que vivir esa experiencia —pagaría lo que fuese por estar ahora mismo con mi hijo en casa—”. Y resuelve que “los padres han cuidado en todo momento a su hijo y solicitado la excedencia de su puesto de funcionaria de la Junta para dedicarse a su cuidado”. También agrega que “la familia dispone de una vivienda adecuada y recursos económicos, intelectuales y sociofamiliares óptimos”.
La tutela provisional de Jonás la tiene actualmente un hermano del padre del pequeño, “con el que mi hijo y yo nunca hemos tenido contacto y que además ha pasado gran parte de las fiestas navideñas fuera de la población donde residimos, llevándose al niño a otro pueblo con la familia de su mujer”, explica Najat. “Las cosas no están siendo nada fáciles. Aún así, también agradezco a esta familia por acoger a mi hijo con amor, en especial a las niñas, que son un encanto”, agrega. El régimen de visitas, impuesto por la ley es de dos horas a la semana, que es el tiempo que sus padres ven al bebé, que “está sufriendo de estrés por separación, se le está cayendo el pelo, está constipado y le están saliendo erupciones cutáneas”, dice su madre.