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A la vera del Tanatorio La Janda, en el polígono industrial de la feria, a los pies de la gran colina de Medina Sidonia, la sinceridad se presupone. El bar Diego ejerce de cafetería del colindante lugar, hoy sin actividad pero consagrado a las despedidas auténticas y definitivas. No es lugar para disimulos.
Con la lotería de Navidad agotada en el último sábado de noviembre, varios carteles también definen el local como lugar de encuentro de aficionados a la caza. Mari atiende los desayunos -estupendo pan de telera, obvio- y zanja la cuestión con una involuntaria declaración de la inutilidad de la política institucional, incluso de la más cercana.
"A la gente le da un poco igual que el Ayuntamiento pueda elegir los festivos o no. La gente hará lo que le dé la gana. Hay algunos comentarios y la mayoría son de cachondeo", responde la responsable de la barra cuando se le pregunta por la crisis política en el Ayuntamiento.
El conflicto es de manual, tan viejo como el vigente sistema de representación parlamentaria en España, ese que ahora tantos civiles ponen en cuestión de forma premeditada o circunstancial. El alcalde, José Manuel Ruiz Alvarado (Izquierda Unida) gobierna pero sin mayoría absoluta. Está expuesto a la oposición.
Tiene siete concejales, los mismos que el PSOE aunque los socialistas ganaron las últimas municipales por unas decenas de votos, insuficientes para tener un solo edil más.
El Partido Popular obtuvo tres representantes en el pleno en esa convocatoria electoral de mayo de 2023. Menos de la mitad. Es el grupo menos numeroso pero tiene la capacidad de decidir, desempatar cada votación grande o pequeña.
"Es lo mismo que pasa con el Gobierno de Pedro Sánchez, el que está en el sillón depende de los que le ayudan para seguir y les dice a todo que sí. En Madrid le dan lo que piden unos partidos y aquí, en Medina, se le da lo que pida al PP. Normal, todos tienen que seguir".
En un alarde didáctico, así resume la situación José Manuel, un cliente a la puerta de la administración de loterías número 1, en la calle Álamos, quizás la más comercial después de la de San Juan, recién reformada.
Otro comprador, al que le mete bulla una señora que no quiere participar en la conversación, añade con cierta brusquedad: "Ninguno de los dos, ni el del PSOE [se refiere al portavoz municipal Juan Cornejo] ni el alcalde [José Manuel Ruiz Alvarado, IU] va a dar su brazo a torcer".
"Esto no tiene solución ni va a cambiar hasta las elecciones siguientes. Ni pueden gobernar, ni van a dejar gobernar al otro. Están los dos a ver el que la tiene más grande", remata para sacar la sonrisa de todos los que hacen cola, interesados en la charla o no.
En el Mercado de Abastos, mientras ultima los preparativos para el partido del Cádiz, el presidente de la peña cadista Alfajor Amarillo, Alfonso Montero añade extrañeza a la situación: "Es que todo es muy raro ¿Cuántas veces se ha visto que un alcalde de IU salga elegido porque le vota el PP?".
Para añadir más dudas, como varios vecinos más en los dos bares, el despacho de loterías, la pastelería y la populosa calle San Juan, resalta un hecho bastante comentado en Medina Sidonia. Lo sacan en la conversación de forma frecuente.
"Si hasta la mujer del PP [por la portavoz, María Salazar] tiene un sueldo que le puso el alcalde de Izquierda Unida ¿Cuándo se ha visto eso, que un alcalde comunista apruebe que una concejala del PP cobre del Ayuntamiento?".
Para poner un ejemplo directo de la influencia de la inestabilidad política en la vida cotidiana del pueblo blanco y elevado, añade: "Desde el principio, todo ha sido muy raro y ahí estamos. Todos los días de pelea pero la mitad de las farolas de Medina no funciona".
La extrañeza de todos procede del pleno de toma de posesión, en junio de 2023. En aquella sesión, con IU y PSOE empatados, los tres concejales del PP decidieron apoyar a los primeros. Ambas partes juran y perjuran que fue sin pacto, negociación ni contrapartidas. "Que le pregunten al PP los motivos, por qué lo ha hecho", sentenció el alcalde.
Quedó claro entonces, hace año y medio, que los populares mandaban, marcarían cada votación desde esa primera con el grupo municipal más pequeño por omisión socialista. En la última semana de noviembre, tantos meses después, la misma situación política vuelve a provocar comentarios ciudadanos, de asombro, ironía o lamento.
El último ejemplo del pequeño caos llegó esta semana. El Ayuntamiento de Medina Sidonia ha sido el único de Andalucía incapaz de mandarle a la Junta de Andalucía los dos festivos locales que elige para 2025. La tradición desde hace años es que sean el 20 de enero, día de la patrona, y otro el lunes de resaca de la feria, 2 de junio en el próximo caso.
Aunque esas fechas las instauró un alcalde del PSOE en los años 80 y nadie las ha cambiado en 40 años, los socialistas votaron contra la moción para aprobarlas. El PP, María Salazar, entiende ahora que la segunda fecha supone una "cierta apología del alcohol" y prefiere cambiarla por el día de Santiago, cuando cierra España.
De forma sorprendente, los socialistas se suben al carro y tumban los festivos. "Por fastidiar, por el pique que tienen. ¿Tú te crees? Que digan que no a los festivos que puso su partido, a los de siempre. Es por la movida que tienen", sostiene un cliente en la pastelería Nuestra Señora de la Paz.
El comercio, en la calle peatonal de San Juan, tiene un trasiego constante en plena temporada de compra de dulces navideños, célebres, históricos en el caso de Medina Sidonia. Todos los que entran, menos los numerosos turistas nacionales o extranjeros, se apuntan al coloquio.
El caso de los festivos se extiende tanto que May Macías, copropietaria junto a Jesús, tercia desde más allá del mostrador: "Es que no es sólo lo de los festivos, que puede importarte más o menos, es que no hay presupuestos y eso se supone que es importante para un Ayuntamiento".
Una señora aporta dos apuntes muy pragmáticos, nuevos: "Lo de los festivos puede ser un lío por los niños, por los colegios, pero a los mayores nos da igual. Si la mitad de la gente de Medina trabaja fuera, qué más darán los festivos locales que les pongan. Tienen que trabajar de todas formas".
A lo largo de una decena de calles y locales, cada vez más cerca de la plaza de España, con los adornos navideños ya colocados, con negocios tan conocidos y visitados como Sobrina de las Trejas o el bar Cádiz, las palabras son tantas que la clave se acerca.
"Aquí el problema es que el alcalde y el del PSOE no se pueden ni ver, tienen un pique fuera de lo normal y lo pagamos todos. Si se hubieran puesto de acuerdo el otro día [por una reunión, el 27 de noviembre] no habría nada que hablar ni estarían los periodistas buscando porquería", medio grita Manuel mientras sale de la pastelería. Los medios también cobran.
La lógica esquemática dice que si Juan Cornejo (PSOE) y Ruiz Alvarado (IU), alcanzaran un acuerdo de gobierno sumarían 14 concejales frente a una minúscula oposición del PP, tres ediles, sin la menor capacidad de influencia. Ninguno de los conflictos comentados existiría. Pero siempre aparece el factor humano.
"Eso no va a pasar. Cornejo cree que la Alcaldía le corresponde, es verdad que ganó por unos pocos votos pero cree que es suya porque su padre fue alcalde aquí muchos años. Y eso tampoco es", interceden en la pastelería.
El socialista se ha quedado sin el bastón de mando en las dos últimas elecciones por un margen inferior a los 150 votos. De hecho, en la última cita, ganó. Cornejo porque se ha quedado cerca pero no llega y el alcalde actual, por ser elegido pese a tener menos votos y con el inesperado apoyo del PP, salen escaldados de las opiniones vecinales.
"Uno cree que tiene que ser alcalde por fuerza y el otro no está preparado. El de antes, Macías [Fernando, también de IU], aunque se dejó ir los últimos dos años porque ya sabía que se iba. Era un pedazo de alcalde pero este hombre de ahora, que será todo lo buena gente que tú quieras, no vale para eso", responde otro.
Los dos personajes políticos mencionados y enfrentados, el alcalde y el socialista, se acusan mutuamente de estar interesados sólo por el sillón, por el cargo. "Y los dos tienen razón" dice un comprador en la administración de lotería de la calle Álamos en su única aportación al diálogo colectivo.
Curiosamente, la totalidad de los vecinos preguntados no esperan un cambio en la Alcaldía antes de las elecciones por un hipotético pacto IU-PSOE o PSOE-PP. "Se quedará todo como está porque al final pueden más los sueldos. A todos los conviene seguir igual. Y mientras, Medina está como está", remata Alfonso Montero.
¿Cómo está Medina? Esa pregunta retórica queda sin resolver, tendrá tantas respuestas como vecinos pero un hecho queda claro: su Ayuntamiento tiene un grave problema de estabilidad política sin previsión de solución clara cuando aún queda más de la mitad del mandato hasta las elecciones de primavera de 2027.
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