La pandemia asola los cimientos de la vida. Las muertes se disparan llenando los cementerios de víctimas por covid. Hace diez días, una señora muy conocida en el barrio de la Caridad de Algeciras, donde llevaba 30 años residiendo como ciudadana española, no venció la batalla. Su cadáver fue trasladado a Córdoba. Era musulmana y en el municipio gaditano la comunidad no dispone de un camposanto propio.
Las familias que profesan esta religión llevan décadas reclamando un cementerio. Desde los años 90 no han dejado de luchar. “Estamos sufriendo, llevamos muchísimos años así, no es una cosa de un día para otro”, expresa Mohamed Mkadem, segundo imán de la mezquita Al-Huda, la primera que se instaló en la ciudad a escasos metros del puerto.
Desde la edificación, el responsable manifiesta que “no hay avance, no hay respuesta ninguna”. El problema persiste pese a las múltiples solicitudes enviadas al Ayuntamiento. “No es complicado, se trata nada más de un trocito de tierra, Algeciras tiene terrenos, ¿por qué no nos dan un trocito? No estamos hablando de miles de hectáreas, estamos hablando de unos 2.000 metros”, comenta el segundo imán a lavozdelsur.es.
Algeciras tiene terrenos, ¿por qué no nos dan un trocito?
Su voz representa a la de las cerca de 12.000 personas que profesan esta religión en la localidad. Nadie sabe dónde irán a parar sus cuerpos cuando mueran, pero de momento, sus entierros no tendrán lugar allá donde han crecido. “El mínimo respeto para una persona cuando fallece es enterrarla según su creencia, es un derecho en todas las leyes del mundo, menos aquí”, se queja Mohamed, que ha presenciado el dolor de las familias al tener que transportar a sus seres queridos fuera de Algeciras.
Desde que empezó la crisis, la comunidad musulmana ha tenido que buscar sepultura para 30 fallecidos por covid en Córdoba, Ceuta e incluso Valencia. “Hemos tenido que trasladar a otros municipios a decenas de personas, con el covid el nivel de muertes ha subido y los cementerios cercanos están llenos, no nos aceptan”, explica el responsable. Los terrenos de Lucena, Fuengirola y Jerez, los más próximos a Algeciras, están desbordados. “No dicen que ya están a tope”, lamenta. Así los musulmanes tienen cada vez más dificultades para localizar un sitio en el que puedan descansar en paz. Un problema ya existente que se agrava con la crisis.
La falta de espacio les obliga a tener que transportar a los difuntos “cada vez más lejos”. El segundo imán suspira intentando entender el motivo por el que la ciudad gaditana no ofrece una solución. Todos los gastos de los desplazamientos corren a cuenta de los familiares. “Otro problema que tenemos, cuando las familias están bien económicamente, solo queda que el fallecido se va muy lejos, pero cuando le pasa a una familia que no tiene medios, la cosa se complica más”, comenta Mohamed con desolación.
El musulmán asegura que en los casos en los que las personas no pueden costear el transporte, “tenemos que andar haciendo recolecta entre los negocios para intentar ayudarles a pagar los gastos, los servicios sociales no quieren acercarlos y no quieren saber de nada”.
En España se distinguen 35 cementerios islámicos de los cuales 11 se encuentran en Andalucía, aunque algunos son parcelas cedidas en camposantos municipales, según la Unión de Comunidades Islámicas de España (Ucide). La entidad islámica Al-Yazira Al Khadra, que tiene su sede en el barrio del Saladillo, ya presentó un escrito al consistorio pidiendo urgentemente la cesión de una parcela en el cementerio de Botafuegos como un ruego desesperado en la primera oleada.
“Es una vergüenza, hay comunidades y municipios con menos ciudadanos musulmanes y con cementerios, y aquí donde hay un porcentaje de musulmanes muy alto, no tenemos. Las autoridades no tienen coraje de sentarse y de empezar a buscar soluciones, no quieren saber de nada”, dice indignado. Mohamed lleva años preguntándose ¿por qué?. La comunidad está despojada de su derecho a realizar enterramientos bajo el rito musulmán, que, “es muy sencillo, se pone la tumba y se echa tierra encima, no tiene otra historia”, y por regla general están orientados a la Meca.
"Hay municipios con menos ciudadanos musulmanes y con cementerios"
Otra de las consecuencias a las que se enfrenta la comunidad es que, en ocasiones, los fallecidos se entierran bajo el ritual cristiano. Mohamed recuerda cómo “la semana pasada falleció otro musulmán en la calle y lo enterraron contra su creencia, en el cementerio cristiano. Y eso no se debe, han tomado decisiones contra la creencia de uno”.
A los seguidores de la confesión islámica no les queda otra que esperar, pero no se cansarán de realizar sus demandas como algecireños. Mientras tanto, Mohamed continúa sus rezos en la mezquita más antigua del municipio, “la más popular y la más grande”, que, como el resto de los lugares de culto, se han tenido que adaptar a la pandemia y establecer una normativa de seguridad para poder seguir con su actividad.
La petición, enconada y sin salida después de más de 25 años, está presente. “Es algo que nos afecta a todos los ciudadanos de Algeciras, no a la comunidad musulmana nada más, ojalá todos los medios se impliquen”, expone siempre dispuesto a reivindicar la mejora de las condiciones de la comunidad.