Dos de ellos se estrenaban hace menos de un año en el bastón de mando. Otro, tiene más recorrido, pues llegó en 2012. Pero Santiago Galván (Zahara de la Sierra, PSOE), Jorge David Rodríguez (IU, Trebujena) y Daniel Pérez (IU, Puerto Serrano) tienen en común que están durmiendo menos de la cuenta. La labor en los pueblos pequeños, con consistorios limitados en personal y capacidad económica frente a otras administraciones para solventar los problemas que genera la pandemia. Por eso, los tres tiran de creatividad y capacidad al ser la administración local la más cercana al día a día para apoyar las redes de solidaridad colaborativa.
Santiago Galván (Jerez, 1980), alcalde de Zahara de la Sierra (1.400 habitantes) lleva dos semanas explicando a periodistas de todo el mundo lo que ha hecho su ayuntamiento para frenar la pandemia. Después de cuatro años como teniente de alcaldesa en Jerez con la delegación de Hacienda, quizás la más dura de un consistorio intervenido, no podía imaginarse que en su vuelta a su pueblo de toda la vida, el de los veranos en el pueblo de su padre y donde tenía a casi todos sus amigos, sería ahí donde más atención mediática recibiría. A cuenta del reportaje en CNN, ahora hace tres o cuatro entrevistas cada día a medios de todo el mundo.
¿El secreto? "Para que no haya coronavirus en el pueblo, suerte, porque hay vecinos que trabajan en el hospital de Ronda". La pandemia puede llegar a este pueblo rodeado de montañas que ha cerrado las entradas y salidas para mantener solo una. "Se han tomado muchas medidas, como la reorganización del tráfico, pero también hay que destacar la labor de la gente al no salir de casa". Zahara se desinfecta dos veces por semana, tiene un badén sanitario en la entrada del pueblo para desinfectar vehiculos de proveedores o de los propios vecinos al volver al pueblo. "Por más que vengan con mascarilla, que desinfectemos el paquete que entrega un repartidor, se vaya sin apenas contacto, ¿quién te dice que no sea una persona asintomática?".
Galván ha tomado medidas económicas, como suspender tasas, ayudar a los autónomos... Y reconoce que en el largo plazo, quizás, las múltiples entrevistas realizadas sigan atrayendo a turistas, principal fuente de riqueza del pueblo. Los primeros días del estado de alarma, incluso, se colaron por el pueblo algunos franceses a italianos despistados con coches de alquiler. Ahora, gracias al apoyo de una empresa, reparten la compra a domicilio, "de cualquier caso, ya sea el estanco o un cable para el ordenador", lo que ayuda a mentener vivos algunos negocios mientras esperan que lleguen aún más turistas a esta aldea gala, una comparación con Asterix y Obelix que no desagrada al alcalde, fan del cómic "desde pequeño".
Por su parte, reconoce que no hubo bola mágica alguna. "Se hicieron compras de materiales para las cuadrillas de limpieza con voluntarios y personal del ayuntamiento... Pero el fin de semana del 8M fue el carnaval, que tiene mucha tradición aquí, y estaba el pueblo a reventar. El día 11 fuimos a apoyar a algunos vecinos al certamen Chef Sierra de Cádiz". El remedio, currar. "La delegada de servicios sociales se ha fajado, está volcada", en un pueblo con una enorme proporción de mayores. "El factor suerte está ahí, pero dentro de todo esto, me quiero que los vecinos estén con cierta seguridad".
Más grande es Trebujena (7.030 residentes). Jorge David Rodríguez (Trebujena, 1979), el alcalde, cuenta con una batalla más compleja. Casi la mitad del pueblo trabaja en el sector sanitario, debido a la enorme tradición de la escuela de auxiliares de enfermería. Quienes se quedan tienen un poco de ese servicio de apoyo, de cuidados. "Hay una enorme red de voluntariado, con 50 y tantos para ayender a una veintena de mayores, gente que está sola". Alguna de esas personas, familiares de sanitarios que no quieren mantener el contacto con sus padres para evitar contagiarles si resultan estar infectados sin saberlo por sus labores hospitalarias.
Además, Trebujena cuenta con "80 costureras en sus casas" que están haciendo mascarillas para los profesionales que las necesitan, y gracias a una empresa del pueblo, GLS, la sestán repartiendo por todo el país a sus conciudadanos que trabajan en hospitales por España. Al igual que Zahara, fumigan dos veces en semana, y es en parte gracias a la labor altruista de los propietarios de maquinaria agrícola que contribuyen a la limpieza.
La labor de un regidor, en estos días, va más allá de lo común. "Te llaman pidiendo mascarillas, vehículos para llevar a un enfermo al hospital... somos la administración más cercana, y es como todo en la vida, cuando hay una necesidad así, se valora mucho más. Tenemos que estar orgullosos como pueblo de lo que estamos haciendo, con trebujeneros en el núcleo de la infección". Y de entro de esas peticiones, subraya la de "una madre que nos llamó porque su hijo estaba en Pamplona, que le habían llamado para trabajar en el hospital, para un contrato de un mes y se cruzo España en coche, para al llegar allí no tener piso en el que quedarse. No encontraba. Ahí tiré de hablar directamente con el ayuntamiento y se encontró un piso en unas horas".
Y en este pueblo en el que siempre han gobernado el PCE e Izquierda Unida se nota que "en el ADN del trebujenero está la protección de los servicios públicos. la gente se ha dado cuenta de que tiene que ayudar, que hay que acudir. Y la inmensa mayoría sabe lo necesario que es defender la sanidad pública, en los balcones se han colgado esos mensajes en sábanas, somos un pueblo con mucha tradición gracias a la fundación", la escuela de auxiliares.
En Puerto Serrano, Daniel Pérez (Puerto Serrano, 1977) se estrenaba. Periodista gaditano, le ha tocado uno de los mayores retos públicos a los que un representante público se podría enfrentar. "Teníamos unas prioridades hace nueve meses que han cambiado. Nos sentíamos bastante satisfechos, pero ahora todo ha cambiado. Por un contacto directo con el subdelegado, tuvimos un conocimiento de lo que se avecinaba, aunque nadie tenía ni idea de las dimensiones".
Las nuevas prioridades fueron conseguir materiales, "porque teníamos lo básico, como el resto, para situaciones normales. Intentamos garantiar la salud en la residencia de anciandos, desde antes del epiosido de Alcalá del Valle. Queríamos blindarnos, y por suerte, ahora, no tenemos ningún caso". Sobre las compras, lamenta que se haya "perdido tiempo. En principio, parecía que el responsable de surtirnos era el Gobierno, luego nos dijeron que la Junta... Y por ser justos, ahora nos ha llegado algo a través de Diputación, pero insuficientes para cubrir la ayuda a domicilio o la residencia... Hemos tenido que tirar de recursos propios, directamente contactando con proveedores, productores y distribuidores, que a menudo no se comprometen a mantener un precio ni a entregar en plazo".
Más allá de las desinfecciones, que se hacen sin parar y que han contado con el apoyo de la Armada, "un balón de oxígeno", realizan controles en accesos en las horas de mayor trasiego con desinfecciones de vehiculos, decidieron comprar dos impresoras en 3D para que el grupo de voluntarios de la Sierra Coronamakers realice protecciones faciales. Lo que ocurra este lunes en un pueblo joven que vive en gran parte de la construcción en la Costa del Sol, donde se desplazan cada día muchos trabajadores no esenciales que podrían volver al tajo, será importante para mantener el contador a cero en contagios. "A medida que pasan los días, tengo la esperanza de que las administraciones y la gente tienen más claro cómo hay que actuar, desde el Gobierno a la Junta, los hospitales... Los primeros días eran de improvisar. Con 157 países en recesión, confío en que todos entiendan que es la situación más crítica desde la Guerra Civil y las administraciones tienen que tirar del carro".
Y como en todo el país, "la respuesta del pueblo es abrumadora, es lo más bonito que hemos vivido de todo esto, con una aluvion de acciones de particulares, asociaciones, comercios...". Por eso, Pérez espera que se saquen conclusiones de todo esto que nos hagan mejores. "Nuestro siistema público tiene que ser más fuerte, no hay que regatear en recursos a policías, servicios sociales, hospitales... Porque en ellos nos sostenemos todos. Y otra conclusion que espero es que entendamos y asumamos que lo colectivo debe estar por delante de lo personal, que tenemos que ser todos uno, que en este caso nuestra salud recae en la responsabilidad de los demás".