De esas que a uno le mira un tuerto, o se queda a un número del cuponazo. El Parque Comercial Las Dunas, nombre oficial de este centro comercial ubicado en Sanlúcar, vivía este viernes un black friday ennegrecido por el confinamiento perimetral. Propiedad de Galerías Comerciales Socimi SA, pertenece a la red de macrocentros repartidos por el país, nueve, entre los que destacan el de Nevada, en Granada, y sobre todo, la joya de la corona, La Cañada, en Marbella.
Sin apenas restauración, sin unos cines que habrían supuesto un revulsivo -o no, por la crisis de las salas-, el centro comercial es un centro y es comercial. Tiene una planta casi inutilizada de restauración, con unas escaleras a ninguna parte, y un conjunto de aparcamientos que no se llenan. Se cruzaron varias cosas por el camino de un proyecto enfocado a grandes marcas y otras populares: primero, la conexión reflotada de Sanlúcar y Jerez; luego, que en Jerez crearon dos grandes áreas comerciales con Ikea y Primark como referentes; y tercero, una crisis económica, en 2008. Sanlúcar, la de los contrastes económicos, una de las zonas más empobrecidas del país pero donde funcionan negocios enfocados a un segmento de altos ingresos, no dio solo por ella para llenar este centro.
A eso de las 12 de la mañana, apenas en alguna tienda hay que hacer cola para ser atendidos. Estamos en el famoso black friday pero la versión española de esta fiesta consumista importada se ha convertido en más de dos semanas de descuentos. Y una fiesta con un claro componente tecnológico, tanto para producto como para medio de compra: móviles comprados a través del móvil, una fiesta a la que se suman desde textiles hasta salones de uñas. El golpe al comercio es generalizado y el confinamiento perimetral ha obligado a que solo sean vecinos de Sanlúcar los que puedan acudir.
Pilar Navarro es encargada en una de las tiendas, Encuentro, una firma española. "Se nota respecto al año pasado", dice sobre el confinamiento perimetral. "Y el cierre a las seis". A eso del mediodía, veía más o menos claro que no se llegaría a la facturación de otros años. "Los veranos son buenos, las Navidades son buenas, aunque no tenga la afluencia de otros centros comerciales en Jerez", dice. "Y le falta restauración y demás, afecta, pero bueno".
Una de las clientas que venía este viernes a buscar alguna oferta es Crisinta, de Sanlúcar. Entraba sin buscar específicamente algo, sino a la caza de alguna oportunidad, "algo para los Reyes ya". Le llama la variedad del centro comercial. "Del grupo Inditex, en el centro, hay poco donde elegir. Aunque aquí han cerrado Massimo Dutti, Calzedonia...", dice sobre un recorte e incluso posible salida total del grupo de Amancio Ortega, aunque finalmente se mantuvieron varias de ellas.
"Los sanluqueños no hemos contribuido. Desde que hicieron Luz Shopping y Área Sur, todo el mundo tira para allá. Aquí comprará más ahora por el cierre perimetral, pero esto está lleno para lo que es hoy, no es lo habitual. Empezaron con la parte superior con restauración pero se murió, la gente no consume, abrieron sitios de merienda, para comer, hasta una peluquería. Lo que sí veo más tránsito es en Alcampo".
Paqui Aguilar es encargada de Rutes y señala que la semana "va bien, muy bien, a esta hora ayer no te podría haber atendido. La gente tiene ganas de comprar antes de que se queden confinados". El año, en sí, es peor. "No es igual para nada pero notamos más afluencia respecto a otras semanas. La pasada fue más bien floja". Esperaba menos público tras el cierre perimetral.
La tienda llegó en 2019, con productos para el hogar. Subraya también en la falta "de zona de ocio, donde estén los niños o tomar café. Lo que mueve un poco más es Alcampo, creo. Es muy grande, muy bonito, y es una lástima que por el covid no puedan venir. Habría más gente de Chipiona, por ejemplo, o casas vacacionales en la zona". De hecho, gracias a ellos, los turistas "el verano no ha sido malo".
Las empresas siguen, aunque haya locales alrededor cerrados. Siguen y venden y ahora lo hacen a muchos de Sanlúcar que no lo hacían fuera y compensan en parte lo que deja de llegar. Doce años después, eso sí, sigue buscando su sitio una gran superficie que no llena los aparcamientos, el reflejo de estar por debajo de lo esperado, pero que aguanta y torea a esta crisis.