El Partido Socialista Obrero Español tiene, como tantas cosas y personas, virtudes y defectos en el mismo rasgo. Su capacidad autocrítica, siempre expuesta al exterior, frente a otras formaciones políticas marciales y opacas, llega a convertirse en flagelación y autofagia en constantes momentos de su historia.
Las discrepancias internas son un rasgo esencial de su carácter para bien y para mal. Las peloteras locales y provinciales tienen tanta tradición que José Antonio Griñán las bautizó hace más de 20 años cuando se le escapó aquel comentario que se coló en una grabadora: "Pues ya estamos aquí, en Cádiz-Herzgovina".
El actual secretario provincial, Juan Carlos Ruiz Boix, declaraba hace casi tres años, al empezar su trayectoria al frente del partido, que uno de sus objetivos era "desterrar esa leyenda", dejar de dar motivos para que ese chascarrillo reaparezca cada seis meses en algún texto periodístico.
Por ahora, va perdiendo. La renuncia de la mitad de los miembros de la ejecutiva local de Jerez, la ciudad con más población y mayor término municipal de la provincia, una de las seis más grandes de Andalucía, chafa el buen propósito.
La mitad de los dirigentes (27 según los recuentos más fiables porque hay versiones) no quieren que Mamen Sánchez, anterior alcaldesa de Jerez, siga al frente del partido en Jerez. La organización dice que esas renuncias son insuficientes para forzar un nuevo congreso y buscar a otro responsable. Que, concretamente, que faltan dos, como si esa nimiedad cambiara la naturaleza del acontecimiento.
La imagen, como siempre en el PSOE, habla de iniciativa, rebeldía y libertad interna pero también de intereses personales, reproches públicos y espectáculo poco edificante. Para tratar esa herida reabierta, la misma de siempre, nada mejor que ir al último feudo socialista en la provincia.
Con la Diputación Provincial, la Junta de Andalucía y los ayuntamientos de Jerez, Algeciras, Cádiz o El Puerto en manos del PP, San Fernando y su alcaldesa, Patricia Cavada, son las dos mayores muestras institucionales de un PSOE provincial en horas, electorales, bajas.
La Isla de León es el mejor feudo en el que reunirse, en el que retirarse a recapitular. Una mirada a la historia, mucha lectura, también resulta balsámica mientras llegan las consecuencias del último episodio. En estos trances, las presencias y las ausencias son igualmente relevantes.
El líder provincial y la protagonista de la rebelión en Jerez, Ruiz Boix y Mamen Sánchez, no acudieron. Juan Espadas, el jefe autonómico forzado de nuevo a pacificar la balcánica provincia, era el gran protagonista.
Ana Carrera, mano derecha del secretario provincial, y Blanca Flores, subdelegada del Gobierno, aparecían en primera fila a modo de figuras arbitrales.
La excusa era la presentación, este lunes, de Historia de la agrupación socialista de San Fernando, una obra de Tito Valencia que rescata 123 de los 128 años de trayectoria del partido en la localidad desde su fundación en 1896. Detiene la compilación en 2019.
El secretario general del PSOE isleño, Fernando López Gil, recordaba, por supuesto, a los últimos militantes fallecidos y a otros que fueron anteriores protagonistas de una historia sobradamente centenaria. Un minuto de silencio coronó este gesto in memoriam.
Precisamente, sobre memoria histórica versó gran parte del encuentro, "esa que respetamos más que nadie pero sin hacer el ruido de otros". Estuvo muy presente en un acto de esencia retrospectiva.
"Varela ya no preside la plaza del Ayuntamiento", recordó orgulloso entre refencias a los concejales socialistas fusilados 1936. El líder local sorprendió con una afirmación que, dice, ha repetido varias veces: "El PSOE debería tener un museo".
Fernando López Gil: "Lo he dicho muchas veces, el PSOE debería tener un museo"
Juan Espadas, al tomar el relevo en el atril, admitió que una de las primeras decisiones que tomó al ser elegido alcalde de Sevilla fue investigar la historia de su abuelo, materno, "represaliado como otros 530 trabajadores públicos del Ayuntamiento sevillano".
El responsable regional resaltó el "orgullo de pertenencia" que supone repasar la historia del PSOE, "la historia de las agrupaciones socialistas es la historia de muchos pueblos y ciudades de Andalucía".
"Siempre hubo socialistas capaces de saber cómo ser útiles a la sociedad del momento", añadió. Para encontrar una referencia a la actual situación de Jerez había que ser muy malpensado.
Alabó alguna vez la "autocrítica" de la militancia y dejó caer que el PSOE viene a ser "un árbol, con muchas ramas, con muchas hojas, pero un solo tronco", cada cada uno coja la flor por dónde quiera.
Tampoco hubo ocasión para que Juan Espadas hiciera declaraciones sobre la situación que se vive en el PSOE de Jerez. Este lunes, en San Fernando, no tocaban preguntas y respuestas, sólo historia. Transparencia y autocrítica pero en las dosis que los especialistas consideren adecuadas.
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