A Fran Jiménez, el incendio del pinar de Las Canteras le pilló de vacaciones, en Irlanda. "Me pasé tres días casi sin poder dormir, mirando el teléfono. Y lloraba, pero no solamente de pena, sino por no poder verlo. Fue como si tu abuelo se estuviera muriendo y tú vivieras lejos", rememora. Es jardinero municipal de Puerto Real desde hace dos décadas, y espacios como Las Canteras, y las especies que alberga, son su pasión, algo que se desprende de cómo describe los estragos que dejó el incendio, del que este martes hace justo un año.
Jiménez acompaña a lavozdelsur.es a algunas zonas del interior del pinar para mostrar el estado de Las Canteras un año tras el desastre, donde la ciudadanía no puede acceder aún, para no perturbar su regeneración. Una vez dentro, y gracias a los ojos de un experto, es fácil ver los lugares en los que el fuego se cebó particularmente, el camino que siguió el fuerte viento de levante que soplaba aquel día, y por qué el incendio se propagó tan rápido y fue tan virulento. Las zonas quemadas son aquellas que fueron arrasadas por las llamas gracias al impulso del viento, protegiendo, paradójicamente, a muchos árboles de alrededor que se salvaron del fuego.
Según explica este jardinero con amplia experiencia y formación, que se dedica además a proyectos educativos, uno de los problemas que más temían, y que al final no ha pasado, era la pérdida de suelo. Afortunadamente, la vida ya comienza a abrirse paso en él: la imagen de un pequeño acebuche que crece entre las cenizas es la mejor metáfora de ello.
La ayuda de los vecinos: "Estaba cambiando cubos de agua y llorando, porque era impresionante"
La imagen del pinar, seña de identidad del municipio, quemándose, está grabada en las retinas de los puertorrealeños, especialmente de aquellos que protagonizaron aquellas instantáneas que quedaron para el recuerdo: las de vecinos y vecinas sosteniendo mangueras, acarreando cubos y garrafas de agua, con mascarillas e incluso sin ellas, en primera línea ante el fuego junto a los bomberos. El incendio comenzó alrededor de las dos de la tarde, y los vecinos salieron de inmediato, porque el viento hizo que sus efectos llegasen casi hasta las viviendas. El parque de bomberos más cercano está en Tres Caminos, por lo que los profesionales tardaron el tiempo del desplazamiento. Los vecinos vivieron momentos angustiosos.
Milagros Cuenca fue una de ellas. "Vivimos ahí al lado, nos enteramos, me asomé a la azotea y lo vi. Mira, mira, tengo los vellos de punta recordándolo. Dijeron que los bomberos necesitaban agua, y sin pensarlo cogí algunas garrafas y me vine corriendo. Y cuando vi a toda la gente ayudando, con los cubos... Solté las garrafas y ahí me metí. De repente, se cayeron los postes, y nos tuvimos que quitar de ahí. No te puedes imaginar qué mal rato. Y llorando, todo el rato llorando: cambiando cubos y llorando, porque eso era impresionante", recuerda.
Milagros es miembro de la asociación El Pulmón de la Bahía, que se formó a raíz del incendio, con el objetivo de defender y proteger su recuperación. Sus socios, alrededor de 50, han participado en estos meses en varias batidas de limpieza como voluntarios, para que Las Canteras vuelva a nacer. Milagros, Carmen Mari Romero y Manuel Romero, también voluntarios de este colectivo, cuentan que han recogido cerca de 12.000 kilos de vidrio, y que han encontrado "de todo": colchones, sofás, carburadores, ropa... E incluso "una botella de 1979", cuenta Carmen Mari.
Ella también recuerda claramente ese día: "Se veía que empezaba flojito, pero de repente empezó a tirar, y tal y como estaba el levante... Dijimos: se quema. Y los mismos nervios del momento nos hicieron hacer cosas peligrosas, como acercarnos al fuego sin mascarillas".
La recuperación tras el incendio, una oportunidad para concienciar a la ciudadanía
El parque es propiedad del municipio de Puerto Real, pero con un convenio con la Junta de Andalucía, como ha recordado Óscar Curtido, delegado territorial de Medio Ambiente, en el acto que ha tenido lugar este martes a la entrada de Las Canteras con motivo del aniversario del incendio. Como tal, es la Junta la que se está encargando de la redacción del proyecto de restauración y reforestación del entorno, que, según ha señalado Curtido, está ya finalizándose. Durante el acto, la alcaldesa, Aurora Salvador, ha agradecido a la ciudadanía, a los bomberos de la provincia de Cádiz, que también han estado presentes, y al Infoca, así como a la corporación municipal y las autoridades que colaboraron ese día. Además, se ha procedido, junto a la plantación de un árbol, al entierro de una 'cápsula del tiempo' con varios elementos que conmemoran la catástrofe y que homenajean la solidaridad de los vecinos.
Unos vecinos que este martes han recordado con emoción ese día; muestra de ello son las lágrimas que han asomado a los ojos de algunos de ellos durante el acto. "He revivido todos esos momentos, y he sentido que he perdido toda mi infancia: donde íbamos de niños a jugar, a dar una vueltecita... Yo recuerdo que iba con mis padres los domingos a echar el día, y nuestro Monte de las Risas, nuestra gruta... Es que son muchos recuerdos", se sincera Milagros. Ese 6 de agosto, tras el shock que supuso el incendio y las horas de lucha contra el fuego, luego vinieron la tristeza y la nostalgia. "Y todavía están viniendo", expresa.
Los trabajos de limpieza, en los que han colaborado voluntarios de asociaciones como El Pulmón de la Bahía, se han parado por el verano, aunque se reanudarán en septiembre, según explican ellos mismos. En estos meses, también se ha llevado a cabo la retirada de todos aquellos árboles que estaban en riesgo de caída y, en otoño, según ha señalado Curtido durante el acto, se prevé que se pueda comenzar a "dar una nueva vida a Las Canteras". Se calcula que Las Canteras estarán "recuperadas y vivas" en unos 30 años, en palabras de Antonio Gil, concejal delegado de Parques y Jardines.
Fran Jiménez explica que se calcula que se salvaron alrededor de un 25% de los árboles de Las Canteras, y que quedarán alrededor de un centenar que han contabilizado aún por retirar. La mayoría de los árboles del parque son pinos, de dos especies: carrasco y piñonero. El primero no alberga tanta vida, y responde mejor al fuego, es decir, se propaga más rápidamente. Entre los restos que se observan en el suelo, hay multitud de piñas de una y otra especie, caídas ahí probablemente por las talas, según explica.
Durante el proceso de regeneración, puede pasar, aclara, que nazcan especies nuevas, algo que será necesario controlar. Es el caso, por ejemplo, de un ficus que muestra durante el recorrido, y que probablemente haya nacido allí gracias a una semilla traída por un ave. "Esto es la regeneración del bosque mediterráneo", señala, "que se abre paso".
Para este experto, el incendio fue una catástrofe, pero su recuperación y regeneración supone una oportunidad que debe aprovecharse para educar a la ciudadanía puertorrealeña y a las nuevas generaciones en el respeto al parque de Las Canteras y en su cuidado y protección, algo que no se está haciendo lo suficiente a su juicio.
En esta línea, opina que deberían mostrarse más a la ciudadanía las consecuencias del incendio y el estado actual del parque, de cara a una mayor concienciación. Aun tras el incendio, se observan restos de latas, envases, papeles... que va señalando durante el camino. "Sobre todo, es importante que esto no se olvide", remarca.
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