Alejandro tiene otros tres hermanos y una hermana y, con él, todos los varones de su familia son homosexuales. Él fue el último en salir del armario, aunque en su caso es una forma de hablar. “¿Por qué hay que llegar a mi casa y decir: mamá, papá, soy gay y este es mi novio? Cuando un niño llega con una niña no la presenta como su novia, simplemente se da por hecho”, dice durante el transcurso de una conversación en la que lo acompaña su pareja, Jesús, el primer hombre con el que mantiene una relación. “He tenido novia toda la vida, pero me fui a estudiar a Sevilla y allí vives un ambiente más libre”. Más libre que en su Ubrique natal, quiere decir. Aunque tampoco se queja. El municipio de la Sierra de Cádiz celebra este año por primera vez una serie de actividades por el Día del Orgullo LGTB, que también viene festejando como uno de los municipios participantes del Orgullo Serrano que organiza la Asociación Delta.
Pero esta vez, además, se han independizado. Alejandro Sañudo es el presidente de la recién nacida Avanza LGTBI, una asociación ubriqueña que defiende los intereses del colectivo. “Hay que normalizar las situaciones que se viven en los pueblos”, dice Alejandro, quien asegura que nunca se ha sentido rechazado en su localidad. “Paseo con Jesús por la avenida y si le tengo que dar un beso se lo doy”, cuenta. “En Ubrique se vive con mucha libertad”, añade.
Su familia tampoco lo lleva mal. El suyo, como está dicho, no es el primer caso. Además de sus hermanos, un tío abuelo, que ahora tiene 70 años, también es homosexual. “Él fue quien empezó el Carnaval del pueblo, llegaba la fecha y se vestía de avestruz, llevaba una estructura de hierro con la que formaba la cola”, relata Alejandro, quien añade que “se travestía cuando salía de casa, pero se tenía que cambiar en casa de mi abuelo porque su padre le daba unas palizas que lo dejaban dos semanas en cama”. Este “icono”, como él lo llama, ya que fue de los primeros gais de Ubrique en declararlo abiertamente, le marcó. A Manolo El Chato, como lo conocen en el pueblo, “no le importaba lo que dijeran”, dice Sañudo. Él allanó el camino.
Las manos de Alejandro y Jesús, durante la entrevista. FOTO: MANU GARCÍA
Aunque “hay muchos prejuicios todavía”, cuentan. Ellos intentan que cada vez sean menos. Hace poco, durante la carrera solidaria Dame tu mano, Alejandro y Jesús corrieron cogidos de la mano y escucharon el comentario de un par de chiquillos de unos doce años: “Mira, dos maricones”. ¿Qué hicieron después de escuchar eso? “Fuimos a hablar con ellos y se quedaron muy cortados, pero seguro que ya no lo dicen más, vieron que somos personales normales y corrientes”, cuenta Sañudo.
La pareja de Alejandro, Jesús González, es natural de Bonares, un pequeño municipio de la provincia de Huelva, donde “nos preguntan qué le echamos al agua, porque hay muchos gais”, cuenta entre risas. A él, como a su novio, no le ha hecho falta salir del armario. “Nunca he tratado de ocultarlo, lo llevo con naturalidad porque soy como soy”, relata. Su familia, lógicamente, lo aceptó. “Una tía mía se enfadó… pero porque no le había dicho que tenía pareja”. Su hermano, que tiene unos 14 años —“una edad complicada”, puntualiza—, “no ha cambiado su actitud conmigo”, algo de lo que se enorgullece. “De pequeño sí que me han insultado alguna vez, pero no era continuo, no lo he llegado a pasar mal”, cuenta. “Cuando me dicen maricón me vuelvo y contesto: ¿Has tenido que estudiar para saberlo? Yo no voy diciendo a nadie que es hetero”.
Alejandro y Jesús, miembros de Avanza LGTBI. FOTO: MANU GARCÍA
La asociación Avanza LGTBI, a pesar de tener pocos meses de vida, cuenta ya con un gran apoyo social e institucional. El Ayuntamiento, cuenta Alejandro, se está volcando con la organización, ya que les ha permitido ondear la bandera arcoíris en el balcón del edificio consistorial y ha aprobado una moción en apoyo al colectivo —que secundaron todos los grupos políticos—. Los actos organizados por la asociación comprenden desde la instalación de un stand informativo en la calle hasta la celebración de una conferencia impartida por un ubriqueño gerente de una importante empresa o una exposición de cuadros pintados por un artista local.
“Avanza LGTBI surge porque nos reunimos gente con carreras diferentes y queríamos hacer algo que dejara huella”, dice Sañudo, quien explica que presentaron un proyecto al Ayuntamiento consistente en la celebración de conferencias trimestrales en institutos para hablar de los tipos de familia existentes y de sexualidad, entre otros temas. “Queremos que los niños tengan referencias”, dice. Al principio, confiesa, les daba miedo echar a andar un proyecto que poco a poco se va consolidando y que está encontrando todo tipo de apoyos. “Una asociación nos ha propuesto aparecer en un calendario solidario y en la carrera Dame tu mano del año que viene quieren que nos encarguemos de los dorsales y pongamos la bandera arcoíris”, cuentan orgullosos. La idea es “normalizar los símbolos” para evitar frases del tipo “yo acepto a los gais pero mi niño que no salga maricón”, “no pasa nada por ser gay pero tampoco hay que ir pregonándolo” o similares, que tanto daño hacen a la lucha. Estas y algunas más, que esperan ir desterrando, están incluidas en los trípticos que reparten por el pueblo estos días.