Arcos de la Frontera se echó a la calle el sábado para disfrutar del encierro del Toro del Aleluya, un evento nunca exento de peligros, con algunas cogidas muy graves en los últimos años.
Esta fiesta fue trasladada a este fin de semana debido a las lluvias generalizadas durante el fin de semana. El Ayuntamiento decidió el aplazamiento por dos razones: una de seguridad -el piso mojado podía provocar más caídas y cogidas- y otra económica -el agua impediría el desembarco de visitantes-.
Finalmente, con el pueblo lleno, las calles a reventar, el alcalde de Arcos, Miguel Rodríguez, sacó al toro para iniciar el encierro. Subido al propio toril portátil, sacó a la calle a la res.
El balance, según informa el Consistorio, es de dos heridos, trasladados ambos al Hospital de Jerez. No se teme por su vida, por lo que entra dentro de la 'normalidad' de este evento.
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