Hace un mes que una fuerte granizada sorprendió a los vecinos de Sanlúcar. Lo que en un primer momento fue una estampa simpática, se empezó a torcer cuando las precipitaciones apretaron durante las dos horas que duraron. Por todo el término municipal quedaron placas de hielo, pero la peor parte se la llevó el campo, concretamente los cultivos de los llanos de Bonanza y la Veta la Serrana. La previsión meteorológica daba dos litros de agua para una jornada en la que cayeron 45 en media hora, y unos 90 litros en estos lugares.
"Un mes después seguimos igual, con los invernaderos en el suelo", comenta Alberto Vidal, presidente de la asociación de vecinos de Los Llanos, en conversación con lavozdelsur.es. Su invernadero es uno de los 50, aproximadamente, que tumbó la granizada. La mayoría siguen destrozados, porque levantarlos de nuevo tiene unos costes altísimos que no pueden asumir sin ayudas.
El Ayuntamiento de Sanlúcar anunció una partida de 100.000 euros en ayudas para los agricultores afectados, que se prevé que perciban a finales del mes de marzo. De las ayudas prometidas por la Junta de Andalucía aún no saben nada. "La Junta nos obligó a hacer un informe de valoración de daños, que ya hemos entregado, para lo que contratamos a dos técnicos", cuenta Vidal.
La granizada afectó a unas 1.200 hectáreas de cultivos. Donde ahora debería haber sembrados calabacines, melones, tomates o pimientos, solo hay plásticos rotos, hierros doblados y mucha desolación. "Los invernaderos están en el suelo y seguimos sin producir", lamenta el dirigente vecinal, quien asegura que "como no lleguen pronto las ayudas, no lo vuelvo a levantar". Y como él, otros muchos agricultores.
La declaración como zona catastrófica, una de las vías que estudiaba la Junta para conseguir ayudas y una de las grandes esperanzas de los damnificados, "está muy difícil porque no se cumplen los requisitos", puntualiza Alberto Vidal. En su momento, la consejera de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Carmen Crespo, aseguró que también se estudiarían "otras fórmulas" para costear la reparación de los daños.
Hay organizaciones de productores en la zona "que tienen abiertos sus planes operativos", decía Crespo, a través de lo que "podemos dar renovación en infraestructuras agrarias". "Estamos estudiando esa vía que puede ser fundamental y seguimos abriendo vías e intentando posibilidades para estos agricultores".
También hay varias entidades bancarias que han ofrecido préstamos a los agricultores, con el Euríbor como referencia —ahora mismo roza el 4%—, lo que no convence a los afectados. "Ahora pides un préstamo de 70.000 euros, como está el Euríbor, y arruinas tu vida más de lo que está. A eso súmale los precios de abonos, gasoil... que están por las nubes. No salen las cuentas", asegura Vidal.
A un precio de 20 euros por metro cuadrado, que es el coste actual que tiene la construcción de un invernadero en estos momentos, volver a levantar el suyo le cuesta a Alberto unos 60.000 euros, a lo que tiene que sumar las semillas y tratamientos de la tierra. “Entre una cosa y otra, pierdo 100.000 euros”, resumía Vidal en un reportaje en lavozdelsur.es.
“Es difícil que salve algo, lo perderé casi todo”, vaticinaba Juan José Vidal, otro agricultor que tenía pimientos y melones en su parcela de 6.000 metros cuadrados. “Aún debo la plantación que acabo de perder, porque voy pagando conforme tengo ganancias. Ahora deberé eso más la que plante…”, lamentaba. Entre todos los agricultores afectados facturan unos 100 millones de euros y generan 5.000 empleos directos, más los indirectos, por lo que piden una solución rápida para poder retomar la actividad cuanto antes.
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