“Los familiares de las personas que están en la residencia pueden estar tranquilos de que allí no pasa nada”. Son las palabras de Patrocinio Fraga, presidenta de la Fundación Aras. Ha trasladado a lavozdelsur.es su malestar después de que 14 personas, entre residentes y familiares, de la Residencia de Mayores de Sanlúcar de Barrameda, presentara un escrito formal ante la dirección y el propio Ayuntamiento para dar a conocer una presunta situación "de vulnerabilidad extrema" que ella misma desmiente.
En un comunicado, la Fundación Aras, asegura que “los ancianos están debidamente atendidos y, aunque todo es mejorable, queremos hacer llegar a la opinión pública en general y especialmente a los familiares de los residentes, la máxima tranquilidad”.
Esta fundación realiza acciones voluntarias en esta residencia en cuya construcción estuvo implicada desde el principio y sigue estando pendiente de lo que allí ocurre y comprometida con que los residentes estén bien atendidos. "A nosotros la residencia nos duele como si fuera nuestra”, señala.
La presidenta comenta que los hechos de los que se habla en la denuncia presentada por el grupo de familiares no son ciertos y afirma que “si esta residencia se puede tachar de algo, es de haber atendido con mucho cariño a todos los ancianos que han pasado por ella durante muchos años".
"Está todo el mundo destrozado, y las trabajadoras, con depresión"
El grupo de residentes y familiares denunciaba en el escrito el uso de ropa interior común, deficiencias en la higiene y en la comida o que el edificio está en malas condiciones, entre otros aspectos. "No cabe duda de que se necesita un mantenimiento, pues con el paso de los años siempre se precisan mejoras, que están controladas en todo momento", reconoce la fundación.
La presidenta, incluso, transmite el dolor que ha causado la denuncia presentada y comenta que “está todo el mundo destrozado y las trabajadoras, con depresión”. “El director está muy preocupado y es un gran profesional, que incluso en plena pandemia se encerró en el centro con su equipo y un grupo de trabajadoras, evitando todo contacto con el exterior y consiguiendo que el virus no afectara a ningún anciano. Esta denuncia infundada nos ha dolido mucho a todos”, expresa.
También ha mencionado el daño que el grupo denunciante ha causado a los familiares. “Lo que más nos duele es que ha disgustado a todos los familiares de los abuelos que están allí. Que es lo peor de todo. Tú tienes allí a tu abuelo, a tu padre, a tu tío, y te dicen que lo están maltratando. ¿Cómo te pones?”, sostiene.
Desde la fundación, Fraga ha querido mostrar su solidaridad y apoyo a las trabajadoras y a la dirección de esta residencia que, “diariamente, se esfuerza en procurar una atención digna, humana y de calidad a todos los ancianos. Si alguien se atreviera a maltratar a un anciano, una vez que se hubiera comprobado esa situación, perdería su puesto de trabajo”.
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