La política institucional tiene mucho de presuntas contradicciones. Y, sobre todo, de dar la batalla, de disputar, de hacer lo que uno mejor considera en cada momento. Por eso, quizás, Juan José Fernández, alcalde por Izquierda Unida, ha roto en su localidad, Aznalcóllar, con la posición de su partido respecto a la reapertura de la mina.
Un proyecto por el que la anterior administración autonómica socialista sacó a concurso los derechos de explotación minera, algo que ha sido continuado por la actual Junta, y que prevé verter 80 hectómetros cúbicos de aguas al Guadalquivir, a la altura del Estadio de La Cartuja, tras un filtrado de los lodos tóxicos pero en los que aún quedarán restos de algunos metales pesados (como indican tanto los científicos y ecologistas y reconocen desde la propia minera Los Frailes). La pregunta es si esos pequeños restos de metales pesados pasarán al fondo del río, como dicen unos, o si traspasarán la desembocadura sin daño ambiental, como dicen los otros.
Izquierda Unida, como partido, a nivel regional, pero también desde el ámbito europeo, se ha mostrado contraria a la reapertura de Aznalcóllar. En Andalucía, se ha adscrito a un movimiento con innumerables colectivos en contra. "La futura mina de Aznalcollar se ubica en una zona extremadamente sensible desde el punto de vista social y ambiental". Y porque hasta ahora, las explotaciones mineras "no han sido precisamente un ejemplo de actividad económica favorecedora de un desarrollo económico y social duradero y ambientalmente sostenible".
Además, subrayan que en el pasado ha habido casos de "irresponsabilidad absoluta", y ponen como ejemplo el desastre del 98 y el caso de Boliden. Por todo, piden "absolutas garantías" para la calidad del agua, ausencia de impacto ambiental y la responsabilidad de las empresas en caso de que fuera necesaria una restauración ambiental.
Algo más allá en aquella crítica a la recuperación del proyecto fue el eurodiputado Manu Pineda, que no ha sido reelecto dentro del conglomerado Sumar en las elecciones celebradas el 9 de junio. En una pregunta a la Comisión, hablaba de "atentado ambiental" al describir el proyecto de Los Frailes: "El Gobierno de Andalucía planea construir una tubería de más de 30 kilómetros para verter 80.000 millones de litros de aguas altamente contaminadas al río Guadalquivir", resumía. En una serie de preguntas, venía a a llamar la atención a las autoridades europeas sobre la situación y a pedirle que intervenga.
"Más que un proyecto minero, es uno de restauración medioambiental"
La realidad a pie de calle es otra. En el Ayuntamiento de Aznalcóllar hay una gran pancarta que pide la apertura de la mina. Y en las últimas elecciones no es que ganara, es que arrasó, con nueve concejales de los 13 posibles, con un PSOE como única fuerza alternativa en la oposición, con cuatro concejales. "Desde el primer día he luchado para que se reabra la mina con todas las condiciones que se exigieran", explica el alcalde
Insiste en que en esta ocasión no habrá balsas, como la del suceso del 98. Fernández es minero y recuerda que la comarca cuenta con minería "desde la época de los romanos". Alaba, por ejemplo, que la minera actual trabaja en la restauración de aquellos vertidos. "Más que un proyecto minero, esto es un proyecto de restauración medioambiental". Y que, si no se actuara, "seguiríamos contaminando".
El regidor confía en que se ha sido muy exigente con Los Frailes por parte de las administraciones. "Hay minas que hoy vierten, pero a esta se le exige más. Lo que exigimos en el siglo XXI es una minería limpia, y esta lo es. Estoy agradecido tanto a los técnicos y funcionarios de la Junta como hacia la empresa, que cumplen de sobra los parámetros regionales, nacionales y europeos. La empresa lleva años gastando millones de euros sin haber visto uno solo de vuelta. Estoy agradecido a Los Frailes".
Fernández ve necesario el proyecto "en una de las zonas con más paro de Europa. Sin la mina, Aznalcóllar y la comarca se mueren. Hablamos de 2.000 empleos. A lo que aspiramos es no solo a la extracción, sino también a la manufactura de esos minerales, en lugar de comprarlo a Estados Unidos, Suecia o Canadá, que a su vez lo compran a países subdesarrollados que no cumplen con los mínimos. Si en el resto de países se cumplieran las exigencias que hay en Aznalcóllar, otro gallo cantaría", defiende.
Respecto al informe que se presentará en unos días y que pone en duda la versión de la Junta y de la empresa minera, lo rechaza: "Eso es falso. Que los científicos jueguen su papeleta. Si dicen eso, que esto contamina, habrá que aclararlo. Pero es un linchamiento contra la comarca. Hay normas, leyes y supervisión no solo del Grupo México, sino de los técnicos y científicos de la Junta, en quienes confío".
Dentro de esos estándares que reclama, "ojalá Emasesa instalara una depuradora como la que se prevé aquí. Yo he visto tirar agua al corredor verde en una situación muy distinta, con una calidad un 100% inferior a la de Los Frailes. Espero que la administración permita la apertura cuanto antes".
Para Fernández, la postura de Izquierda Unida no le condiciona. "Mucha gente no tiene toda la información. Yo me siento libre de opinar sobre lo que digan órganos superiores. En cada pueblo hay actividades que en otros pueblos supondrían un desacuerdo. No voy a entrar en polémicas, mi objetivo es que la mina abra con las mejores condiciones saludables, laborales y ambientales para la comarca. Pido cordura, respeto y confianza. Los controles son muy exigentes. Otra cosa es lo que ocurrió en el accidente, por eso exigimos que no haya balsas, y no las habrá".
Una voz dentro de Izquierda Unida en la provincia de Sevilla reconoce que el asunto, además de los citados posicionamientos públicos citados, ha generado cierta tensión entre la militancia, que no comprende a Fernández. Pero lo resume: si se volviera a presentar, ganaría ampliamente.