José Luis Sanz, alcalde de Sevilla, prepara una nueva medida que a buen seguro dará mucho que hablar. Según ha adelantado ABC de Sevilla, el Ayuntamiento de la capital hispalense está estudiando cobrar una entrada por visitar uno de sus principales monumentos, la Plaza de España, pese a ser un espacio al aire libre y de tránsito habitual.
Esta no sería la única novedad ya que el cobro de una entrada también supondría cerrar el perímetro y establecer accesos para controlar a los visitantes. Según ha avanzado el citado medio, el objetivo del Consistorio sevillano con esta medida sería mejorar la conservación y la seguridad de la plaza que fue construida con motivo de la Exposición Universal de 1929.
Estamos proyectando cerrar la plaza de España y cobrar a los turistas para financiar su conservación y garantizar su seguridad. Además, crearemos una escuela taller de artesanía.
— José Luis Sanz (@jlsanzalcalde) February 25, 2024
Por su puesto, el monumento seguirá siendo de libre acceso y gratis para todos los sevillanos. pic.twitter.com/p0ly27otT8
Sanz tiene pensado presentar a la Dirección General de Patrimonio del Estado un convenio de colaboración ya que el edificio es sede de determinados organismos como la propia Delegación del Gobierno. La idea es firmar la cesión de algunos espacios del monumento para llevar a cabo su gestión turística. La Plaza de España es, actualmente, el segundo monumento más visitado de Sevilla.
El alcalde ha confirmado que tanto para los sevillanos de la capital como par alos de la provincia sería gratuito entrar. No obstante, el cierre perimetral ya supondrían unas colas disuasorias para aquellos que simplemente tengan pensado dar un paseo por la zona. Los coches de caballos estarían exentos de este pago.
La idea contrasta con la negativa que ha mantenido el alcalde de la ciudad para implantar una tasa turística. A pesar de que el debate se ha abierto en algunas ocasiones, Sanz, al igual que la Junta de Andalucía, ha subordinado la medida a la opinión de hosteleros y hoteleros. Además, la Plaza de España durante más de un mes se convierte en sede de numerosos conciertos con el montaje de un gran escenario que también supone un desgaste patrimonial.
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