Los trabajadores y trabajadoras de la Biblioteca Pública Infanta Elena de Sevilla han emitido un comunicado denunciando la situación en la que se encuentra la institución en relación a la falta de personal, los presupuestos tardíos, la dificultad para realizar actividades culturales, la falta de equipamiento del edificio, ubicado en Avenida de María Luisa, y la falta confianza en el equipo técnico.
En el escrito aseguran que "no están dotadas todas las plazas de la RPT (Relación de Puestos de Trabajo)". En este sentido, advierten que "en los últimos años se han hecho efectivas varias jubilaciones, pero no se han cubierto las plazas que han quedado vacantes, situación que se va a ver agravada con la próxima jubilación de otros compañeros". A tal circunstancia, añaden, "se suma la falta de sustitución del personal laboral en caso de baja (las bajas de los funcionarios no se han sustituido nunca)".
Esta escasez de personal, dicen, "se hace patente especialmente en el turno de tarde, donde con frecuencia se quedan vacíos sin personal técnico espacios como la sala infantil, juvenil, etc. con la consiguiente merma en la atención al usuario y la prestación de servicios básicos como el de información y orientación bibliográfica". El escrito prosigue apuntando que hay "una circunstancia idéntica en períodos como el verano o la Navidad, momentos en los que se ha trabajado con servicios mínimos. En 2021, cuando varios compañeros auxiliares estuvieron de baja por Covid-19 se llegó a abrir la biblioteca sin los servicios mínimos estipulados en el calendario laboral de ese año", aseguran.
Sobre los prespuestos tardíos inciden en "las partidas presupuestarias destinadas a la adquisición de libros y otros formatos (revistas, DVDs, etc.) y a la programación de actividades culturales se retrasan siempre a principios de año de manera que no es posible la prestación de servicios básicos que exigen una continuidad". Es el caso del préstamo de novedades bibliográficas o la realización de actividades culturales como las visitas dinamizadas de escolares o las sesiones de narración oral, afirman.
"La falta de oferta de esos servicios durante esos primeros meses se traduce en la pérdida de usuarios de dichos servicios. Es llamativo el retraso que acumula la biblioteca en la compra de novedades con respecto a otras bibliotecas provinciales de manera que a fecha de 2 de marzo de 2022 no se ha incorporado ni una sola adquisición", explican.
Para este grupo de trabajadoras y trabajadores, "si algo disimula esta vergüenza son los libros añadidos por depósito legal o por donación", ya que "a esa tradicional falta de presupuesto se suma a fecha de 23 de febrero de 2022 la falta del mismo para correos o mensajería algo que afecta al normal funcionamiento de algunas de actividades y servicios del centro, como son las entregas y devoluciones de los lotes de libros para clubes de lectura que provienen de otras bibliotecas o las devoluciones de libros del servicio de préstamo interbibliotecario". Además, "tampoco es posible el envío de los impresos de carnés a las bibliotecas municipales, repercutiendo en un descenso de la capacidad de respuesta a las personas usuarias de todos estos centros bibliotecarios".
Los Asesores de Información Bibliográfica y Referencia junto con la Dirección han sido tradicionalmente los encargados de realizar la programación de actividades culturales del centro. Desde hace más de un año muchas de las actividades se programan de manera unilateral tanto desde el Servicio de Bibliotecas y Centros de Documentación - Dirección General de Patrimonio Histórico y Documental, como desde la Delegación Provincial, informan sus trabajadores.
"Eso provoca que la mayoría de las veces no haya tiempo para organizarlas ni publicitarlas de manera adecuada, lo que repercute en la correcta organización del evento y la falta de público final. Desde la citada Delegación de Cultura se exige a instituciones y particulares una serie de trámites y condiciones que hacen muy difícil la utilización de las instalaciones del centro para la celebración de actividades (por ejemplo pedir a quienes quieren hacer uso de las mismas la posesión de un seguro)", apuntan.
Esto ha hecho que el número de actividades celebradas en la biblioteca en los últimos meses haya caído en picado. Cuando son los técnicos los que realizan las propuestas en la mayoría de las ocasiones son rechazadas sin explicación alguna a pesar de no habérseles facilitado en ningún momento directrices ni criterios por escrito para trabajar (y sí mandatos verbales erráticos al margen de los criterios profesionales).
Todas requieren el visto bueno de la Delegación Provincial. Sirva de ejemplo el caso de una actividad tan característica de las bibliotecas públicas como las sesiones de cuentacuentos o narración oral que son muy demandadas y atraen a gran cantidad de público y que han sido rechazadas en varias ocasiones por la Delegación de Cultura sin dar un motivo claro o con explicaciones incoherentes, como que no son animación a la lectura.
Además de cuestionar el criterio de los técnicos, "se compromete innecesariamente el trabajo de estos profesionales. La falta de información afecta también a la dotación presupuestaria de las actividades. No hay confirmación alguna por escrito de las cantidades asignadas y estas varían arbitrariamente".
Por otro lado, "la necesidad de contar con la autorización de la delegación para cualquier actividad que se haga en el centro no se limita a este ámbito sino que se da también en otros aspectos del trabajo diario de los técnicos, existiendo incluso casos de censura del trabajo de los mismos (se obligó a retirar un centro de interés sobre feminismo que había sido sugerido en varias ocasiones por los usuarios de la biblioteca, o a modificar una guía de lectura por incluir un famoso poema de Bukowski dedicado a las bibliotecas; también se bloqueó la compra del disco Puta, de Zahara, por poner algunos ejemplos).
En cuanto a las infraestrucuras, "el edificio presenta evidentes signos de deterioro y abandono, el mantenimiento del mismo resulta a ojos vista insuficiente, hay goteras, los jardines están en muy mal estado, insuficientes tomas de electricidad en los puestos de estudio, mobiliario deteriorado, cableado y enchufes necesitados de revisión y arreglo y falta de pintura", comentan.
"Los continuos problemas informáticos son atendidos por el mismo personal informático que con gran esfuerzo atiende diversos centros de Cultura, es decir, de forma acelerada y discontinua. Es difícil entender cómo aún nadie se ha dado cuenta de que una biblioteca es un centro dedicado a la información en el que las tecnologías tendrían que estar a la vanguardia y no a la cola", aseguran.
A día de hoy no se han recuperado los puestos de lectura (distintos a los de estudio) que se eliminaron a causa de la pandemia. Se siguen priorizando estos últimos lo que provoca pérdida de puestos por la separación que tiene que haber entre ellos, admiten. "Siendo esta una biblioteca pública y existiendo en la ciudad otras salas de estudio, es necesario adaptar los espacios a los usuarios que acuden a utilizar las colecciones del centro, muchos de ellos personas mayores, que necesitan asientos más cómodos que las mesas altas y sillas de las que ahora disponen", explican.
Además, las máquinas expendedoras de aperitivos y bebidas se dejaron fuera de servicio por la pandemia y finalmente han sido retiradas. Los usuarios pasan horas en la biblioteca y no disponen ni aquí ni en sus alrededores de ningún sitio donde poder tomar algo, ni siquiera comprar una simple botella de agua.
Por último, informan de que durante el pasado mes de marzo se anunció por parte de la delegación provincial que iban a dar una cantidad de dinero para actividades en la Biblioteca Provincial de Sevilla. "Entre 4.000 y 6.000 euros, pues nunca se concretó", advierten en el escrito.
"Finalmente la misma Delegación Provincial ha hecho uso de ese dinero para organizar unas jornadas en la biblioteca titulada 'Escritores con la historia', que se e trata de cuatro sesiones de una hora y media de duración aproximadamente", coment. Y el coste medio de una actividad de animación a la lectura de la biblioteca "puede oscilar entre 250€ y 400€, dependiendo del número de profesionales que la realizan y de si necesitan atrezo o música", aseguran.