Caen dos millones y medio de euros en una de las barriadas más humildes de Alcalá de Guadaíra

Francisco Javier Villagrán vende 50 cupones premiados con 20.000 euros cada uno y el mayor Sueldazo de la ONCE en La Paz

Francisco Javier Villagrán reparte dos millones y medio de euros en Alcalá de Guadaira, Sevilla.

Alegría en Alcalá de Guadaíra, en Sevilla, para los vecinos de la barriada de La Paz que en el primer domingo de diciembre han sido afortunados. El vendedor de la ONCE Francisco Javier Villagrán, conocido en la zona como Javi el Cuponero, ha repartido dos millones y medio de euros en una de las barriadas más humildes del municipio. 

En concreto, en el sorteo de fin de semana ha vendido 50 cupones premiados con 20.000 euros cada uno, que suman un millón de euros, más la serie agraciada con el mayor Sueldazo, un premio al contado de 300.000 euros y 5.000 euros al mes durante 20 años, que suma otro millón y medio de euros. Así, contaba con 51 cupones premiados, de los 55 que integran la serie completa.

Según recoge la ONCE en sus redes sociales, Javi firmó hace dos semanas su contrato fijo como vendedor de la ONCE después de tres años en un trabajo en el que se siente feliz. “Se me partió la espalda y me habían vetado en casi todos los sitios hasta que me cogieron en la ONCE”, comenta orgulloso. “Lo que más me gusta es el trato con la gente, es un trabajo muy sociable, no estás encerrado en una nave, y la gente suele tratarnos muy bien, porque la ONCE está muy bien vista por los que nos compran y por la ayuda social que hace, bueno, que hacemos porque ahí estamos metidos todos”.

Entre semana vende por el centro de Alcalá de Guadaíra y los fines de semana en La Paz. Asegura que se siente un vendedor muy querido por sus clientes. “Estoy muy contento de que haya tocado aquí porque me tienen mucho cariño y he hecho familia con mucha gente de ahí”. Justo los domingos son los días que más le gusta vender. “Es que tengo un trato muy familiar con la gente. Son gente humilde, bloques de piso antiguos, gente mayor y con la gente mayor me llevo muy bien, les tengo mucho respeto y también les gusta el cachondeo. Y yo se lo doy. Tengo un trato muy particular. Me siento un vendedor muy particular porque hay que tener un poco de arte para vender y hay un rollo muy familiar”, afirma.

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