La imagen es la de cada ocasión. Uno allí y otro aquí, y viceversa. Esta vez, en el Sánchez Pizjuán, es el Sevilla FC el que recibe al Real Betis. Deportivamente, en un suspiro. Al menos, en lo que se refiere a la tabla. Porque en cuanto a aspiraciones, los de Nervión están en un pesimismo inédito y los de la Palmera sueñan con un premio de caza mayor a final de temporada.
Un partido especial porque siempre lo es. Pero esta vez, de esos que pueden recordarse. El último derbi de Jesús Navas, que se convertirá, si juega, en el futbolista que más veces ha disputado un derbi sevillano. Ahora mismo, está igualado con los 27 de Joaquín. García Pimienta no le da inicio en el once, pero si no hay nada raro, sería uno de los cinco cambios y se colocaría arriba en el top.
Por San Francisco Javier avanzaba el grupo de aficionados del Betis con entrada, escoltados por la Policía Nacional. Las calles aledañas a Eduardo Dato fueron cortadas hasta la altura de San Juan de Dios. Allí, miles de gritos entrecruzados, insultos, cuernos con las manos, cánticos. Nada es lo que parece, claro, porque esta ciudad es incontenible tantas veces, y una de ellas es el derbi, pero cuántos padres e hijos, cuántos amigos, hermanos, primos y hasta parejas se separan hoy por una trinchera y en realidad no dejan de quererse.
Una mujer en silla de ruedas se colocaba en primera fila junto al hospital a ver el paso de los aficionados béticos. Los sevillistas abrían hueco para permitirle colocarse en primera fila de la valla que cortaba la Policía Nacional. Algo similar en los aledaños del estadio, o en coches y motos que rondaban el entorno: camisetas separando ambiciones pero conviviendo.
Hubo algún incidente, el de siempre, aislado. Especialmente en bares y zonas donde el alcohol corría la garganta como si fuera la banda, pasaba a lo mejor un chaval con una camiseta del Betis y recibía algún grito que en ocasiones se responde. Un separarse, un "tira ya" y no pasa nada. Mayoría sevillista en las calles pero presencia bética como forma de convivencia. En otros tiempos esto no fue posible, hay que recordarlo.
Es pronto en la temporada para saber si alguno se juega más que los puntos. Una derrota puede obligar a cualquiera de los dos a revisarse. El Betis, que alguno coloca en cuarta plaza a final de temporada por el buen arranque de jugadores como Lo Celso, viene de perder en Conference. El Sevilla ha renovado a su entrenador a pesar de las incertidumbres, y con las arcas muy maltratadas, confiando en que de la cueva se sale con paciencia y con chavales de menos de 25 años, de los cuales hay varios entre sus ya habituales de este año.
Pero lo importante es la ciudad. Se gane, se pierda o se empate, el lunes será el de recordarle al otro los goles y el de aquel tratando de aguantar la carga. Porque Sevilla es incontenible y cargante. Como debe ser.
Comentarios