Sevilla, como una de las grandes ciudades de España que es, tiene un problema con los patinetes. Desde que se popularizó la versión eléctrica, las ciudades se han inundado. Sevilla parte con la ventaja de ser una de las que mejor red de carriles bici tiene, aunque eso no evita más de una locura.
Muchos usuarios de patinete consideran que es una cuestión menor, pero a veces se producen atropellos que pueden ser de gravedad. Personas mayores, pequeños, o incluso entre quienes no tienen ninguna debilidad física... en ocasiones llega a atropellos graves porque algunos de estos patinetes alcanzan velocidades punta muy altas.
Y hacen uso, en muchas ocasiones, de las aceras. Cuando lo hacen, además, ni siquiera moderando el paso. Nada que ver con el típico caso de ir en busca de un aparcabici, o de tratar de llegar a casa o al trabajo, moderando la velocidad en los últimos metros sin carril bici. No. Es un problema porque a menudo van a toda velocidad.
Y otro problema es el de los patinetes que se meten por carretera de forma temeraria. Accediendo desde pasos de peatones, sin respetar las mínimas normas de seguridad vial. En una ciudad donde muchos conductores, hay que reconocerlo, van por encima de la velocidad permitida, especialmente en calles amplias, aunque también en otras más de barrio y de un solo carril, es el caldo de cultivo perfecto para el accidente.
Por todo ello, parece casi milagroso lo que se ve en un vídeo subido a redes por un usuario. En concreto, puede verse a un patinete en la SE-30 en la zona que discurre entre Santa Clara y Sevilla Este, por encima de Montes Sierra, donde se encuentra un famoso radar que obliga a reducir la marcha.
Ese radar se puso para reducir los accidentes al tratarse de un punto negro de la ciudad. Es una entrada y salida hacia la zona del aeropuerto en busca del núcleo urbano por la circunvalación interior sevillana, un tráfico siempre alto.
Pues se incorpora, primero, cruzando desde la derecha a toda velocidad, a la misma que el resto de coches, y aparentemente incluso rebasando una línea continua, o si no, justo cuando ésta acaba. Se mete por la derecha y luego se salta las líneas cuando se va acercando hacia la altura de Hipercor para meterse saltándose el reglamento en un carril de incorporación.
Todo ello, eso sí, con casco, aunque de tener un golpe, de poco le serviría. Los patinetes son mucho más inestables que las motos, que también recibe buena parte del impacto, por lo que un patinete eléctrico no es asimilable a cualquier vehículo que circula con normalidad. Una zona donde no pueden entrar ni siquiera las bicicletas... Y es por algo, por el gran peligro que supone.