La decisión del Ayuntamiento de Sevilla de mantener la ley seca durante la 'Madrugá' de esta próxima Semana Santa está levantando cada vez más polvareda. Porque si bien el Ayuntamiento subrayó el jueves, a través de una nota, que "la seguridad está por encima de cualquier otra cosa", y que todo partía de "recomendaciones" de Policía Nacional y Guardia Civil con la Subdelegación, el propio subdelegado, Curry Toscano, ha dejado entrever que desde el primer momento el Ayuntamiento estuvo de acuerdo.
En el seno de la reunión de la junta local de Seguridad, la 'cumbre' que decidió que se prohibiera a los bares servir alcohol a partir de las dos de la mañana, el regidor "no realizó ningún apunte, más allá de algún ajuste horario".
Esta restricción choca frontalmente con las promesas electorales de José Luis Sanz cuando era candidato. Llegó a decir: "La de 2023 será la última Semana Santa en la que los bares de nuestra ciudad sufran restricciones y limitaciones injustas y arbitrarias".
Ahora, ha rectificado y en la reunión apenas se planteó que el horario de bares con alcohol se alargase media hora.
El subdelegado ha valorado el "clima de cooperación y de cordialidad" con que se desarrolló la reunión. "Estamos hablando de la semana grande de esta ciudad y creo que todos tenemos una responsabilidad para que todo salga lo mejor posible. Hicimos una evaluación de cómo habían funcionado los dispositivos en los años anteriores y fue positiva por parte de todos".