Formaron parte de la noche de muchas ciudades españolas durante dos siglos y ahora están de vuelta. Al menos, el alcalde de Sevilla tiene la intención de recuperar la figura de los serenos.
Ante la oleada de robos en muchos puntos de la ciudad y los problemas de convivencia, José Luis Sanz tiene previsto dar el visto bueno a la creación de un cuerpo de trabajadores que, sin tener funciones de seguridad, sí que estarán vigilantes en las calles de la ciudad para detectar comportamientos incívicos y avisar a la Policía en los casos que sea necesario.
La figura del sereno fue muy habitual en España hasta finales de los años 60 y principios de los 70, cuando ya fueron desapareciendo por completo de la actividad nocturna de las ciudades. Durante décadas fueron los guardianes nocturnos y entre sus funciones estaba activar el alumbrado de la ciudad, razón por la que en muchos lugares eran conocidos como faroleros.
Realizaban rondas nocturnas para preservar la seguridad en las calles y también acompañaban en ocasiones a los vecinos a sus viviendas o avisaban a los servicios sanitarios cuando ocurría algún accidente.
También, como dato curioso, iban pregonando las medias y cuartos de hora. Llevaban un silbato de bronce y unas llaves colgadas del pantalón. La leyenda apunta que usaban tanto el silbato que ya en muchas ocasiones ni les hacían caso, de ahí el dicho de “tomar por el pito del sereno”.
Curiosidades al margen, la idea del popular Sanz es implantar esta figura de agente cívico nocturno con hombres y mujeres desempleados de más de 45 años.
Comentarios