El mapping que se proyecta en Navidad sobre el río Guadalquivir provocó el pasado año, con su estreno, una auténtica fiebre en Sevilla. En apenas unas horas todas las reservas (que eran gratuitas) se agotaron, un hecho que obligó al Ayuntamiento a improvisar sobre la marcha para ampliar el número de sesiones y que nadie se quedara sin poder ver este espectáculo de luces.
Tan solo hay que acudir a los titulares de hace doce meses y los respectivos comentarios en redes sociales para comprobar la dificultad que hubo el pasado año para asistir al espectáculo debido a las pocas restricciones que existían para adquirir las entradas. Todo ello ha provocado que en la renovada edición de este año el Ayuntamiento haya introducido algunos cambios.
El principal es que en esta ocasión la reserva de asientos no será gratuita, una medida que pretende evitar que una persona cogiese entradas para varias jornadas y, finalmente, dejara su lugar vacío en varias de ellas. Algo similar a lo que ha ocurrido con los abonos de Renfe. Por ello, el consistorio que dirige José Luis Sanz ha establecido un precio simbólico de un euro.
La cantidad puede parecer nimia, sin embargo, este euro ha cambiado por completo el panorama. Si el año pasado era una misión casi imposible lograr uno de los pases, en esta ocasión se puede seleccionar el día sin ningún tipo de problemas. Es cierto que hay sesiones que ya están agotadas, principalmente las más tempraneras, pero en otras aún quedan más de 1.000 entradas disponibles.
Basta con un breve repaso a la web del ICAS, donde se compran las entradas para ver que el primer día del espectáculo, el 20 de diciembre, aún hay más de 3.000 entradas disponibles. Cantidad que se repite, e incluso aumenta, en los días posteriores. Los pases, que tendrán una duración de 12 minutos, serán a las 18:45, 19:30, 20:15, 21:00, 21:45 y 22:15 horas.
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