El mundo de la moda flamenca está de luto desde que este martes 14 de septiembre se conociera el fallecimiento de Marcelina Fernández, conocida popularmente como Lina. La gran diseñadora, con 88 años, ha dejado un legado de confecciones desde que en 1960 echara andar junto a su marido Francisco Montero en un pequeño taller de la calle Salado en Triana.
La firma creció y revolucionó los mantones, los bordados y los tejidos ya que Lina imaginaba a flamencas diferentes. En la década de los 80, Francisco creó su propio taller de estampación de tejidos, además su hija Rocío Montero se incorporó a la empresa hasta llegar a convertirse en la directora creativa. La marca se ganó un éxito profesional sin precedentes al que se subió la segunda hija del matrimonio, Mila Montero, que se encarga de la línea de complementos y adopta el cargo de directora ejecutiva.
Los diseños flamencos de Lina han vestido a personalidades del mundo del espectáculo y de la realeza, desde Marisol, Isabel Pantoja, Juanita Reina, Rocío Jurado, Manuela Vargas, Joaquín Cortés oi Carmen Sevilla hasta la reina Doña Sofía, Gracia de Mónaco o la Baronesa Thyssen. Además, la firma logró la nominación a los Goya en la categoría de Mejor diseño de vestuario por la película Yo soy esa.
La marca ha vivido la evolución del traje de flamenca y muchas personas que han seguido su trayectoría han manifestado su pesar por la muerte de Lina. Sus hijas son las que le dan el relevo a esta mujer que ha vestido a tantísimas caras conocidas.
"Queremos expresar nuestra más profunda gratitud hacia todas las personas que nos han manifestado su cariño y admiración en los últimos días: A las autoridades, por su consideración; a los compañeros de profesión, por estar presentes y prestarnos su apoyo; a los miembros de nuestro equipo, por su lealtad incondicional; a la prensa, por su respetuoso trato durante tanto tiempo y ahora", han transmitido las hermanas.
También han expresado su agradecimiento "a los cada vez más numerosos amigos de todas partes del mundo, por sus sinceras muestras de afecto; y más que nunca, a nuestros fundadores, por enseñarnos a transmitir, con pasión y rigor, nuestra particular visión artística y estética a través de la costura. Muchas gracias también por las bonitas flores".
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