"Los mineros que vinieron, republicanos valientes, a defender a Sevilla, con las uñas y los dientes. / Desde las cuencas mineras de Huelva, provincia entera, la verdad republicana traían como bandera. / La muerte negra aguardaba a la pasión solidaria, ¡ay!, libertad traicionada, en las puertas de Triana. / Historia de una traición, una mañana siniestra, corrió la sangre minera, cerca de La Pañoleta. / Voces que gritaron fuerte, cuerpos que siguen contando la historia de todo un pueblo, que hoy vencerá luchando". Con esta minera, escrita dedicada la columna minera de Río Tinto, escrita por Juan Morillo, presidente de la plataforma Sevilla por la República, se rinde homenaje a represaliados republicanos en el cementerio de San Fernando sevillano.
"El Día de la República hay que destacar dos palabras fundamentales: antifascismo, algo que tiene que presidir las acciones que hagamos, y unidad, pero no referidas a este acto, sino proyectada hacia el futuro. Sobre ella y sobre el antifascismo tenemos que construir la III República", explica Morillo, en declaraciones a lavozdelsur.es. El acto de la plataforma, paralelo al organizado por el Ayuntamiento, conmemora el 90 aniversario de la proclamación de la II República.
"Hoy hacemos un reconocimiento a las personas que dieron su vida en defensa de la República y la democracia, leemos poemas, recordamos sus nombres, y visitamos la exhumación realizada en la fosa de Pico Reja, de dónde se han extraído más de 3.000 cuerpos, 300 de los cuales son de personas represaliadas", señala el presidente de Sevilla por la República. "El resto también son víctimas, porque murieron por la represión de dictadura, por hambre, por la miseria, por abandono, por ir a la cárcel...", señala Juan Morillo, quien anima a "educar en valores republicanos, como son la igualdad, la defensa de lo público, la solidaridad".
Para el presidente de la plataforma, "el laicismo, el feminismo, la igualdad, la distribución de riquezas y valores, o la cultura empiezan a tener el lugar que les corresponde durante la II República, en una sociedad que aspira a vivir en convivencia y no unos encima de los otros, como es ésta monarquía". Morillo recuerda que durante el periodo republicano "se construyeron más de 50.000 escuelas, se dignificó ea profesorado y se prohibió que las órdenes religiosas dieran clase".
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