El IES Burguillos, perteneciente a la localidad sevillana del mismo nombre, está indignado por la actuación de la Consejería de Educación y Deporte ante la agresión a un docente por parte de un alumno del centro el pasado otoño. Lejos de trasladar al menor a otro instituto, como así lo solicitó la comisión de convivencia, el joven continúa en sus aulas, a lo que hay que sumar la postura del Servicio de Inspección, que, según el claustro, no ha respaldado a la víctima, sino que, muy al contrario, ha cuestionado su profesionalidad.
Según fuentes de Diario de Sevilla, el profesor de Matemáticas Manuel Recio fue zarandeado por un alumno de FP Básica el 3 de noviembre del año pasado. Al finalizar la clase, el menor de 15 años se levantó y chocó su cuerpo con el del docente, hasta el punto de que se le desprendieron las gafas.
Debe tenerse en cuenta que este menor ya contaba con un expediente repleto de actos que atentan contra la convivencia en el aula. Había sido expulsado por "injuria" a una compañera y por conductas contrarias a las normas de clase. A ello se añadía que había asistido al instituto con poca regularidad y que acumulaba faltas injustificadas a primera hora de la jornada lectiva. El curso anterior había recibido ayuda especial a través del programa para la mejora del aprendizaje y del rendimiento (PMAR).
La sorpresa del equipo directivo del IES Burguillos y del claustro de profesores se produjo cuando la Delegación territorial de Educación "paralizó" la solicitud del traslado del menor el 16 de noviembre. Pocas semanas después, el estudiante, que llevaba un mes expulsado, volvió al centro. A ello se sumó otro agravante: la visita que realizó al instituto la inspectora de zona a mediados de diciembre, cuando se reunió con el docente agredido, ya que al parecer, dicha inspectora se puso a preguntar cuestiones personales y profesionales, "examinando así la calidad de su desempeño educativo".
El alumno no ha cambiado su actitud tras su reincorporación. Según declaró Recio a Diario de Sevilla, el menor le sigue provocando cuando se encuentran por los pasillos del instituto, motivo por el cual el profesor ha pedido que lo cambien de clase para no coincidir con él.