El Mercado del Tiro de Línea no se parece a otros mercados de Sevilla. Donde en otros hay deconstrucciones de macarrón sobre base de piscina de ajos con confeti de algas, aquí hay un par de bares con Gambrinus presidiendo. De tanto que los mercados comenzaron a utilizar la expresión "otro concepto" ("será otro concepto de mercado", "tenemos un nuevo concepto para tal mercado"), en Tiro de Línea se ha amasado el 'concepto' original.
Porque es un mercado donde vas con tu carrito de dos ruedas, compras lo que más te convenga, pagas y dices "hasta mañana". Y entre medias un comentario con mala leche que provoca la risa de tu gente. "Juan, has engordao, miarma". Y Juan, a lo mejor, está en los huesos y necesita un chute de puchero. Porque el concepto aquí es el de ser un punto de reunión del barrio, del corrillo. Uno de los últimos mercados sin pitiminí. Los otros está bien porque no hay a quien no le guste la deconstrucción macarrónica, pero aquí hay una clientela de siempre que pasea junto a los melocotones y las doradas como quien cruza el pasillo de casa.
Victoria trabaja en la pescadería Meca. Cuando vea que la foto se la hacen a un compañero de otro puesto, reclamará entre risas salir también. "A mí me entrevistáis, pero no me sacáis, muy bien". "No, no, ahora te hacemos la foto y la ponemos de portada. O no, quién sabe". Cuenta que la inflación se nota "un poquito, y más ahora después de las vacaciones. El que se llevaba más, ahora se lleva menos". Los trucos de la clientela son creativos. Algunos les piden el filete de pescado "un poco más finito". Aun así, la clientela se mantiene, por la inflación no dejan de venir. Ni han empezado a entrar más tarde a comprar, porque "en este puesto, saben que no hacemos descuento antes de irnos, porque lo vendemos todo, no sobra nada para que se quede más barato". En casa, son cuatro, y de donde ha rascado con tanta subida es "las salidas... Somos cuatro, con dos niños adultos". Una forma de decir 'tragones'.
Remedios es una de muchas clientas en el mercado. "Yo estoy sola y gasto menos, pero el que tenga una casa con familia, se quita de todo. Yo es que como muy poco". Hoy se va a llevar uvas y ciruelas. No están caras hoy, pero de unos años para acá han subido enormemente.
Javi es el propietario de la frutería donde compra Remedios. Es Frutas y Verduras Salud. "Mi padre está prejubilado y se va temprano, pero es el más antiguo de aquí, 55 años lleva". Mucha clientela no es que la conozca, es que "me ha criado". La fruta, dice, "es ya como el pescado. Las compras se van a 35 o 40 pavos". Cuando no es que no hay sol, es porque no llueve. O hay una guerra. "Todo sube, todo necesita luz, invernadero... Y todo sube". "Ayer me reuní con un corredor en Almería. Yo voy a Sanlúcar, Málaga... Voy a comprar en origen, cada vez voy menos a Mercasevilla". Lleva desde los 14 años rodeado de fruta.
"La gente sabe que aquí va a encontrar calidad". Algo con lo que cuenta a su favor es que la clientela no se lleva las manos a la cabeza cada día con los precios. "Ven el telediario cada día y saben qué está pasando, que esto está subiendo para todos, y no tiene pinta de bajar". Mantiene calabacines, tomates en oferta... si se compra cierta cantidad. "Si un kilo es un euro, de lo que sea, pues dos kilos 1,80. Así valoro que una persona venga aquí a comprar una buena cantidad".
Y todo hace que "yo ponga un precio de mi mínimo. Vendo más en bares y tengo a cuatro personas repartiendo. Por ahí nos escapamos. Aunque alguno paga tarde, o hasta no paga". Recuerda la pandemia. "Cada vez que viene una desgracia, salimos a flote". ¿Y de esta, saldremos? "Cómo no vamos a salir, me cago en la mar... si no somos positivos nosotros, quién lo va a ser...". Para un segundo. "Pero tiene mala pinta", dice soltando una carcajada, como quien dice que ni él mismo se cree esa positividad, aunque qué remedio.
José Luis tiene otro puesto de fruta. "La habichuela está a ocho euros... Ese precio no lo he visto nunca. Las cosechas vienen antes de temporada". Todo el problema es que "las cosechas duran muy poco", por culpa del cambio climático, de los sofocones de calor desde tan pronto en el año, y la consecuente falta de agua... "La gente no se lo cree. Es el clima. Eso genera costes, y vale mucho dinero invertir" para ponerle remedio en los campos a esos problemas de falta de agua.
"Yo gano más dinero cuanto más barato está". Podrá parecer contraintuitivo, pero no es así. Es una cuestión de pura teoría económica aplicada. Si el precio se mantiene, los propios operadores de mercado conocen, aproximadamente, entre qué valores mantenerse. Si hay una subida abrupta, para no espantar al cliente, no se puede aplicar el mismo porcentaje de ganancias.
"Si yo compro habichuelas a dos euros, las puedo vender por cuatro y me llevo dos euros, y le gano el 50%. Si la habichuela la tengo que comprar a siete, con la competencia que hay, pues ni la vendes por 14, ni por nueve. La vendo por ocho". Tenía un reparto de hostelería "y lo he dejado por el coste, el Estado no ayuda...", por lo que se han perdido puestos de trabajo.
Mari Carmen es una de muchas clientas. Viene cada día tras pasar por la piscina de al lado, donde hace deporte para superar los achaques de algunas operaciones. "Hago gimnasia pasiva con la edad", explica. "Hay muy buena calidad. Aquí tengo confianza. Me dicen: 'Hoy no te lleves de esto, llévate mejor de esto'. Y mira, para que me engañen diez, que me engañe uno". Aunque aquí no la engañan, dice. "Lo veo muy caro, claro". Se llevó ayer melón, ciruelas... "Cocino para dos y para los arrimaos. Vienen mis nietas. A la madre no le gusta tanto guisar", dice su propia hija. "Yo le digo que venga más al mercado, ella va a supermercados. Me dice que esto lo ve caro. Yo prefiero gastar un poco más, y me gusta venir siempre a los mismos sitios, la misma frutería, la misma carnicería. Y gasto dinero. Tiramos con la pensión. No voy a veranear, no me puedo mover mucho, así que me lo gasto en lo que me apetece", añade sonriente.
Manolo Rodríguez reconoce que no se complicó cuando puso de nombre a su puesto 'Carnicería Manolo Rodríguez'. Era trabajador y cogió el puesto hace unos años. "La situación es complicada por el encarecimiento de todos los productos. Ha sido brutal, y los sueldos son los mismos, y la hipoteca subió ayer". En las horas previas a elaborar el reportaje, cayó un chaparrón también a media madrugada en la provincia de Sevilla, aunque si no se mantienen esas lluvias un tiempo, los precios no van a bajar... O peor, van a seguir subiendo. "A este mercado viene gente de este barrio, y de otros con mayor poder adquisitivo". Es el mercado también del Porvenir, de Felipe II o incluso de Montequinto, que está a unos minutos de coche. "Hasta gente que se fue del barrio y sige volviendo".
El mercado del Tiro de Línea tiene su propia web para poder hacer compras online, es un servicio de todos los puestos, "una fórmula para que nos mantengamos los comercios tradicionales". El atractivo es la calidad. "Llevo 22 años trabajando aquí, los últimos ocho con este puesto y otros dos más. En la pandemia nos conocieron más gracias a llevarle el producto a casa, el servicio... Casi todo se hace por whatsapp". En su carnicería, reconoce, que "tenemos cerdo, ternera y cordero", no el pollo, así que no es la carne más barata.
"Se llevan muchos guisos, eso sí". Sus proveedores hablan de "la subida de la materia prima, que no llueve. La ternera nos ha subido un 50% de costo. No podemos permitirnos repercutir ese margen...". ¿Saldremos de esta? Por lo menos ha llovido algo, le decimos. Ríe. "Va a estar la cosa complicada, a pesar del susto de esta noche pasada". Augura: "Lo que sube luego no baja. No nos lo bajan". Habrá que ir asimilando la nueva normalidad de la inflación. Pero aquí, en cada entrevista, una risotada, un cachondeo. Que, a pesar de la sequía, no se corte el grifo de la alegría en el Tiro de Línea.