Desde que se produjo la tala del ficus de San Jacinto, con posterior interrupción por orden del juzgado, el árbol de la iglesia trianera ha ido evolucionando. Pero la última imagen es la más alarmante.
El paisajista, arquitecto y activista sevillano Ricardo Librero, explicaba esta semana que el estado del ficus de San Jacinto es preocupante: "Ampliado y recrecido el parterre del ficus y relleno con 40 centímetros de tierra preparada. A pesar de ser un ficus, el intento de tala que acabó con el 80% de su volumen y la posterior aplicación del decreto de sequía, hasta que se volvió a regar el agosto pasado, ha reducido mucho las posibilidades de supervivencia, pero si hay alguna esperanza, parte de que está primavera pueda emitir nuevas raíces y encuentre suelo libre para desarrollarse, como el que se ha colocado. Queda mucho por hacer y queda que esperar".
A su mensaje en redes sociales, respondía el biólogo y profesor Tomás García: "Me temo que el ficus se encuentra agonizante y tengo poca esperanzas. Agotó reservas para reverdecer tras la poda salvaje y no ha podido mantener esa recuperación, hundiéndose después. Ya lo expliqué en un artículo. Veo unas 3/4 partes del árbol casi secas Espero equivocarme...".