El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía condena a tres años de prisión a Rosa María R.R. por introducir en su vagina dos preservativos llenos de casi cien gramos de distitntas drogas para entregarselas a su pareja. Según ABC de Sevilla, el hombre, aquel día de Andalucía de 2018 se encontraba preso en la cárcel de Sevilla II, en Morón de la Frontera, y recibiría las sustancias estupefacientes en un vis a vis que tenía previsto con la autora de los hechos, con antecedentes por amenazas.
Rosa María acudió a la cita concertada con su pareja con los dos preservativos en la vagina. Pero cuando se sometió al registro corporal de seguridad antes de acceder a la prisión, le intervinieron el primero, que contenía 144 pastillas de color blanca y 50 fragmentos de pastillas partidas. El segundo fue descubierto cuando le fue extraído en la exploración médica que se le practicó en el centro hospitalario de Morón.
La mujer llevaba cocaína con un peso de 0,17 gramos y con un valor de mercado de 59,30 euros; 168 comprimidos de alprazolam, valorados en 719,04 euros; y resina de cannabis, con un peso de 50,07 gramos y un valor de 274,88 euros, según detalla el periódico sevillano. La defensa de la condenada alegó que ella no sabía lo que llevaba y que las sustancias estupefacientes era para dejarlas en una papelera y no entregarselas a su pareja. Una declaración que no es creíble para el Tribunal como tampoco lo es su supuesta ignorancia.
La sentencia del Tribunal señala que "hasta un niño de ocho años que fuera a visitar a su padre en la cárcel tendría, no ya sospechas, sino completa seguridad de que los envoltorios que se le pedía que introdujera en la prisión contenían algún tipo de sustancia estupefaciente; pues es ya materia de conocimiento general, la elevada demanda de estas sustancias por los internos".