El palacio Bucarelli de Sevilla, una joya del barroco que recupera las visitas en su interior

La noticia ha sido muy celebrada por la importancia de esta casa palaciega que construyó un comerciante procedente de Florencia en el siglo XVII y que sigue siendo de la misma familia 14 generaciones después

El patio principal porticado de la Casa Bucarelli.

El palacio Bucarelli, una de las joyas barroco sevillano, ha tomado la iniciativa de abrirse a las visitas, algo que se esperaba desde hace mucho y que ahora dará la posibilidad de contemplar desde su interior un magnífico edificio del siglo XVII edificado por la familia Bucarelli, proveniente de Florencia, en el barrio de San Lorenzo de Sevilla. Una parte de esta casa actualmente ya funciona como hotel de lujo y para la celebración de eventos.

El programa de visitas se divide en dos opciones: toda la planta baja, con una duración 45 minutos, que incluye el pórtico de entrada, el apeadero, las caballerizas, el patio de columnas, la capilla, la escalera, la logia, los jardines, el patio de servicio, el taller de escultura y los salones de verano. La segunda opción es la visita completa a la planta baja y alta con una duración superior a una hora e incluye las habitaciones de la visita general y la planta alta, la galería, la antecámara, la sala, el comedor y el dormitorio principal de la condesa.

Una de las esencias principales de la casa decorada con magníficos tapices.    MAURI BUHIGAS
 
Pieza en la que destaca el retrato de Antonio María de Bucarelli y Ursúa (Sevilla, 1717) cuadragésimo sexto virrey de México.     MAURI BUHIGAS

Ana Rosa Queralt, hija del propietario, Enrique de Queralt Chávarri, explica a lavozdelsur.es que la iniciativa de establecer un programa de visitas “es para poner en valor el patrimonio y la historia del palacio a la gente de Sevilla y de todo el mundo”. Los espacios más interesantes del todo el conjunto, que ocupa 3.600 metros cuadrados, “realmente es todo el palacio”, y un factor que para Rosa María en fundamental: “Que tenga más de 400 años en la misma familia; han pasado 14 generaciones. Eso tiene mucho valor y es lo que nos distingue de otras casa- palacio”. 

Cuenta con cinco patios y un gran jardín de 1.400 metros cuadrados, “que está precioso con una jardinería muy de aquí”. Entre las piezas y elementos más sobresalientes, Queralt destaca el patio columnado, “que es una maravilla, también el apeadero con un arco de inspiración italiana”. Si subimos a la planta noble, la primera, “llaman la atención muebles procedentes de las Indias, biombos de la China, todo muy original; cosas con mucho sentido con el origen de la casa”. 

Una de las joyas del mobiliario del palacio, un biombo chino que vino desde Manila.    MAURI BUHIGAS
La pequeña capilla de los Bucarelli con la Virgen de la Cinta en la hornacina.   MAURI BUHIGAS

Rosa María no deja de lado “una parte preciosa que desde 2018 es el hotel con dos patios y que es maravillosa, conservando el original e insertando el confort y servicios de un hotel de lujo”. Esa es la virtud de la que Rosa María más se enorgullece, la conservación de la estructura original, perfectamente restaurada, que forma parte del entorno en el que el huésped puede palpar y tocar una parte de la historia de esta casa, su familia y de la gran Sevilla del XVII.    

Su pasado cuenta que la familia Bucarelli se trasladó a Sevilla atraída por el comercio con el nuevo mundo. Junto con otras familias fueron los grandes embarcadores extranjeros residentes en Sevilla. Entre sus cargas comerciales destacaban especias como el clavo, la canela, la pimienta negra, el jengibre, el cardamomo, la nuez moscada, la vainilla o el cacao. 

Detalle de la magnífica azulejería de época de la casa.     MAURI BUHIGAS

Con el paso de las generaciones fueron muchos los personajes de la familia que destacaron y alcanzaron gran notoriedad, sobre todo en la esfera militar, política o religiosa. Algunos de ellos dan nombre a las suites.

En el siglo XIX, la casa pertenecía a Pilar Bucarelli, que se casa con Juan Bautista de Queralt y Silva, conde de Santa Coloma. El actual propietario es Enrique de Queralt Chávarri, conde de Santa Coloma, que es también el nombre por el que se conoce el inmueble.

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