Los Palacios empieza a creer ahora que conseguir el tren no debe ser un sueño

El alcalde aprovecha el corte a un autobús que iba a dejar tirados a decenas de usuarios para reactivar la lucha por un transporte de calidad y la llegada del ferrocarril, al que el pueblo lleva esperando un siglo

Concentración para pedir conexión por tren en Los Palacios.

Los Palacios y Villafranca, uno de los pueblos con mayor crecimiento del Bajo Guadalquivir en el último medio siglo –ahora está a punto de alcanzar los 39.000 habitantes—, lleva una centuria esperando su conexión con el ferrocarril, pues es el único municipio de la comarca sin acceso al mismo. El trazado de la vía férrea que viene desde Sevilla hasta Dos Hermanas hace un quiebro, como huyendo de la marisma, y pasa por la estación de Las Alcantarillas hacia Utrera primero y luego hacia Lebrija, Jerez y los Puertos de Cádiz… De modo que el pueblo de los tomates se queda absolutamente apartado de la vía férrea y, aunque ha sido recurrente en los últimos comicios de este siglo prometer –sin que se tuvieran competencias— el tren de cercanías, lo cierto es que, una vez pasadas las elecciones municipales, todo el debate sociopolítico ha discurrido por otros cauces y lo del tren se ha tomado entre la ciudadanía como una utopía que solo el último alcalde socialista, Antonio Maestre, se atrevió a prometer como un hecho prácticamente conseguido cuando las artimañas de la infografía digital no habían avisado aún de que eran capaces de hacer perder elecciones.

En efecto, el último regidor socialista perdió casi 5.000 votos de una tacada en 2011, después de un cuarto de siglo de mayorías socialistas, cuando una de las promesas estrella era precisamente que el tren estaba a punto de llegar porque, al fin y al cabo, el Plan de Infraestructura para la Sostenibilidad del Transporte en Andalucía 2007-2013 hablaba expresamente de la conexión ferroviaria de Los Palacios y Villafranca, que estaría en funcionamiento “en 2013”. Con lo que no contaba aquel plan era con la crisis de 2008, que, aunque no fuera reconocida por Zapatero hasta mucho después, terminó llevándose el sueño del tren como se lleva el viento la hojarasca… 

Concentración por un transporte público digno para Los Palacios.

Desde hace una década, y con un gobierno de IU en Los Palacios y Villafranca, el del alcalde Juan Manuel Valle, la reivindicación política había olvidado por completo el tren para centrarse en el desdoble de la N-IV entre Dos Hermanas y Jerez de la Frontera, el único tramo que no se había convertido aún en autopista entre Madrid y Cádiz. Justo cuando el Gobierno central de Rajoy tenía encauzadas las obras del desdoble al menos entre Dos Hermanas y Los Palacios –el tramo que había cobrado más de un centenar de víctimas mortales en lo que iba de siglo-, se levantó el peaje de la antigua AP-4. De modo que Los Palacios y Villafranca se vio, de súbito, encerrado entre dos autopistas gratis –un aparente privilegio- mientras la Agenda 2030 insistía en el transporte sostenible. Y sin tren, como siempre. 

Entretanto, la vieja empresa de autobuses Los Amarillos, que llevaba casi un siglo prestando el servicio de transporte entre el pueblo y la capital, pasando por Dos Hermanas y el emblemático hospital de Valme, había ido deteriorando su servicio con retrasos en sus horarios y falta de espacio, coches y comodidades, hasta el punto de que los usuarios le plantaron una guerra sin cuartel que también asumió como propia el alcalde, hasta que el Consorcio de Transportes terminó por rescindirle el contrato y pasárselo a la empresa Damas. Llegó la pandemia del Covid y pasó, y el servicio que parecía haber mejorado sustancialmente, volvió a deteriorarse tanto como para que surgieran las protestas de siempre: falta de espacio e higiene, averías, retrasos, usuarios tirados y, para colmo, la retirada de seis líneas de ida y otras seis de vuelta a la capital ahora que llega un verano en el que se ha generalizado en el pueblo la idea de su maltrato en lo que a transportes públicos se refiere. 

Fue el propio grupo municipal del PSOE, que ahora ha vuelto a perder más votos y a pasar de cinco concejales en la oposición a solo tres, el que desempolvó en las últimas elecciones municipales el viejo fantasma del tren, un tema que parecía hasta entonces tabú porque connotaba la catástrofe sufrida por el partido socialista en 2011. Sin embargo, el nuevo candidato y secretario general de la agrupación local, Juan Diego Valverde –que ya ha dejado de ser ambas cosas-, basó buena parte de su última campaña electoral en la necesidad del tren. El alcalde, Juan Manuel Valle (IP-IU), que ha reforzado su mayoría absoluta, no tardó en recoger el guante de su adversario político para construir un nuevo motivo de reivindicación a las administraciones superiores, en este caso tanto a la Junta de Andalucía (gobernada por el PP) como al Gobierno central (en manos del PSOE, aunque con la muleta de la izquierda a su izquierda). También Valle empezó a enarbolar la bandera del tren y, en uno de los últimos plenos de la pasada legislatura, todos los grupos políticos aprobaron por unanimidad una moción para exigirles a la Junta y al Gobierno la mejora del servicio de autobuses y la conexión con el tren. Las dos cosas. Fue en octubre de 2022. La moción conjunto de todos los grupos políticos le exigió al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana que “se actualicen los estudios e informes pertinentes para hacer realidad en el menor tiempo posible el acceso ferroviario desde Los Palacios y Villafranca”. 

Las alternativas, que se sepa, son dos: conectar con la vía férrea a la altura de Utrera aprovechando que está en proyecto asimismo el desdoble de la carretera A-362, o enlazar con la vía a la altura de la carretera Don Rodrigo, ya camino de Dos Hermanas. Estas dos opciones han sido defendidas por PSOE y el equipo de gobierno, respectivamente, pero en el último pleno del acuerdo, hace ya año y medio, todos convinieron en que lo más adecuado era elevar simplemente la petición y que fueran los técnicos quienes dilucidaran la mejor conexión. 

Guerra política

El pasado martes ocurrió el conflicto que se estaba viendo venir: un grupo de mujeres que se iban a quedar tiradas a las siete de la mañana se negó a que el autobús de Damas saliera. Dieron voces, se plantaron delante del autobús y hasta tuvo que intervenir la Guardia Civil para calmar los ánimos. El alcalde no tardó en hacer suya la protesta y convocó, para ayer, una concentración a las puertas del Ayuntamiento. Acudieron alrededor de 200 personas, nada del otro mundo para un pueblo con casi 39.000 habitantes, pero “no importa”, ha dicho Valle, “porque se trata del primer paso en una lucha que no vamos a dejar ya”. En la concentración, tras la pancarta, estaban también los representantes de los otros grupos municipales, incluido el PP, si bien uno de sus ediles, Antonio Romero Bejarano –alcaldable en 2015-, ha ironizado en sus redes sociales con que “necesitamos más pancartas”, en alusión al “pancartismo” del que el PP suele acusar al primer edil palaciego. “Necesitamos más pancartas por un servicio de limpieza digno, por una seguridad digna o por una piscina digna, pero es más fácil poner pancartas contra los demás y así escurrir el bulto de lo que depende de uno mismo”. Los otros ediles populares han señalado que se alegran “de que Valle se una ahora a nuestra petición del tren para Los Palacios”, aunque su portavoz, Rafael Ruiz, a la sazón parlamentario andaluz, ha insistido en que “el alcalde de Los Palacios debe creerse que lo es y utilizar los medios y el diálogo institucional que tiene a su disposición porque no todo se arregla con manifestaciones y pancartas”.

Valle, por su parte, recordó en la concentración de este jueves que “la Junta y el Consorcio se encuentran diseñando el nuevo Plan de Transporte Metropolitano de Sevilla que marca el mapa concesional y lo que nosotros venimos reclamando es que se amplíe el número de autobuses para nuestro pueblo e incluso que se incorporen más hacia Utrera, aunque no forme parte del Consorcio, porque muchas personas de Los Palacios se trasladan a la localidad vecina”. 

Un rayo feminista

El alcalde palaciego insistió este jueves en que “no hay derecho a que personas que confían en el transporte público para desplazarse no cuenten con un servicio de calidad” y reconoció que “gracias a estas mujeres que se plantaron delante del autobús, tan valientemente, quizás hemos acelerado la concentración de hoy”. El alcalde volvió a recordar que llevan desde el pasado mes de diciembre enviando cartas al delegado de fomento de la Junta y al Consorcio de Transportes para reclamarles una reunión y para recordarles las quejas de los usuarios que no parecen llegar allí porque, según el Consorcio, las quejas son puntuales y los retrasos o las averías también. 

Es cierto que las quejas ciudadanas por el transporte interurbano se dirimen sobre todo en las redes sociales y que es el Ayuntamiento el que ha trasladado normalmente estas quejas a las administraciones competentes que pueden solucionarlas. “No se puede consentir que un pueblo con 40.000 habitantes no esté conectado al tren”, recordó asimismo el regidor palaciego en la concentración de este jueves. “En los próximos días vamos a hacer llegar las firmas que se recogieron en la campaña de recogida de firmas tanto a la Junta como al Gobierno, porque hemos de ir todos a una”, dijo Valle, en referencia a las 6.500 firmas de protesta por el mal funcionamiento de los autobuses que promovió precisamente el equipo de gobierno hace un par de meses. 

El hecho es que la protesta por los autobuses –cuyos percances se han multiplicado desde que se bonifica el transporte público al haber más usuarios- ha ido derivando en estos últimos meses en la exigencia de la conexión ferroviaria, que se ha convertido en entusiasta conversación incluso en el autobús. “Para quitar a Los Amarillos nos encerramos en el Consorcio de Transportes; para que desdoblaran la N-IV cortamos la carretera”, ha recordado Valle, “y ahora no nos van a temblar las piernas, pero tenemos que ir todos de la mano, Ayuntamiento y pueblo, contra quien haga falta”. “Si la próximo semana no hay respuesta ni solución”, ha advertido el alcalde, “volveremos a hacer un llamamiento a todo el pueblo y tomaremos medidas más contundentes, porque no se van a estar cachondeando del pueblo de Los Palacios y Villafranca”.