Los rebujitos de droga, un peligroso cóctel de heroína y otras sustancias prohibidas, podrían estar detrás de las muertes de Manuel y Francisco, dos jóvenes de Pruna (Sevilla). El primero de ellos tenía 35 años en el momento de su muerte y era padre de un hijo. El segundo, 28 años de edad.
Tras estas muertes, el pueblo se ha levantado contra las drogas. Los vecinos están muy preocupados y una buena parte se desplazó el jueves a Sevilla para concentrarse ante la Subdelegación del Gobierno. La droga se está vendiendo con demasiada facilidad cerca de parques infantiles, centros escolares y cualquier esquina.
Hay una gran alarma social en el municipio. Las dos muertes han herido bastante la sensibilidad de los vecinos. "Venden droga como si fuera un kiosco, a cualquier hora del día o de la noche", afirma Francisco López, representante del movimiento vecinal.
"Cada vez más gente joven se dedica a la venta porque ha perdido el miedo a que les cojan", añade. A las facilidades de venta también se suma el económico precio de los rebujitos, que se pueden encontrar a cinco euros. Una cantidad mucho más asequible que en otras localidades vecinas, que está haciendo que jóvenes de pueblos cercanos se desplacen hasta Pruna para comprar un cóctel que pudo causar la muerte a Manuel y Francisco.
Y mientras que el pueblo se mueve contra la droga, la Guardia Civil detenía este viernes en la localidad a dos personas con más de catorce kilos de marihuana en proceso de secado para, posteriormente, ser procesada y vendida en el mercado. Los agentes están investigando a una tercera persona como "cotitular y usuario habitual de la propiedad" donde fue aprehendida la droga.
En una nota de prensa, el Instituto Armado ha informado e que las pesquisas se centraron en una vivienda "aislada y no habitada", en una zona rural de difícil acceso, en la que "habitualmente" había dos vehículos aparcados y con gente en su interior. De la casa salía un "fuerte e inconfundible olor a marihuana".
El inmueble era usado para el procesado, secado y deshoje de las plantas de cannabis que habían sido trasladadas allí desde el lugar de plantación. En las inmediaciones de la casa, había instalada una tienda de campaña que los detenidos usaban para vigilar durante la noche y "evitar la sustracción de las sustancias que guardaban en la misma". Las diligencias han sido remitidas a los juzgados de Morón de la Frontera (Sevilla).