El pleno del Ayuntamiento de Sevilla ha versado sobre la 'nueva normalidad' del gobierno municipal. Arrancaba con modificaciones de crédito, que versan sobre partidas como renovación del crematorio del cementerio. Una 'nueva normalidad', la de llegar a acuerdos puntuales cada vez que es necesario cambiar algo de las cuentas públicas respecto a las que están en vigor, las prorrogadas de 2023. Y en esto, ha tenido como aliados el gobierno de José Luis Sanz a los grupos Con Podemos-IU y PSOE. Vox, aliado natural en tantos otros foros, quiere el todo o nada: o entrar en el gobierno o no apoyar ni los presupuestos... ni las modificaciones puntuales.
Juan Bueno, delegado de Hacienda, tomaba la voz cantante en el aspecto económico. Se ha mostrado receptivo y conciliador con los grupos de izquierdas, a los que ha venido a agradecer sus propuestas. Abierto a la negociación, quizás no hay nadie con mayor historial político en toda Sevilla capaz de afrontar ese desgaste diario de ir modificando el presupuesto poco a poco. El resultado de las modificaciones, en líneas generales, positivo para Ayuntamiento (9 de 11 han salido adelante) gracias a varias abstenciones, e incluso una con solo el sí de Podemos-IU con el PP.
Dos de esas modificaciones son las que no fueron aprobadas. "En mi deber está convencerles", decía Bueno con ese talante propio. "Es nuestra obligación hacerlo". Aún habrá que ver si prosperan las negociaciones para sacar adelante el presupuesto que están teóricamente produciéndose entre PSOE y PP, si bien, de lo poco que ha trascendido, no hay que lanzar, quizás, las campanas al vuelo.
El momento en el que Bueno más se ha 'calentado' ha sido en su respuesta a Vox. Cristina Peláez le decía: "No estamos ante un rechazo del fondo, sino cómo quieren sacar sus presupuestos adelante. Nuestro voto negativo es la única herramienta para decir que no a esta manera de gobernar, parcheando". "Seguiremos rechazando el parcheo en el futuro. No escurran el bulto y dejen las frases como la 'ideología de las jacarandas'. Su actitud paraliza la ciudad".
Bueno contestaba: "Se han enrocado, se han obcecado, no es responsable entrar en el gobierno o estar en el 'no es no'. ¿Usted sabe a qué ha votado no? A que se rehabiliten Los Pajaritos. ¿Es consciente? Barrios que necesitan ayuda, y ustedes no colaboran". Ha provocado un cierto conato de aplauso entre el resto de concejales del PP, que finalmente han golpeado sus mesas en señal de apoyo a Bueno, y de reproche, entonces, a Vox.
Así, se ha evidenciado de nuevo una distancia insalvable aparentemente entre el gobierno de Sanz y Vox. La política da muchas vueltas. Pero cada día se hace más claro que el mandato contará con mejor feeling del PP con las izquierdas que con la ultraderecha.
Comentarios