Sevilla pone fin a una discriminación histórica a las abogadas

La que hasta ahora era la 'Calle de los Letrados' ha cambiado su denominación por "un acto de justicia" para reconocer a las mujeres

Inauguración de la nueva Plaza de la Abogacía de Sevilla.
Inauguración de la nueva Plaza de la Abogacía de Sevilla.

La ciudad de Sevilla ha cerrado este miércoles un capítulo de discriminación con las abogadas de la ciudad. La calle llamada hasta ahora "de los letrados" tiene desde el 18 de diciembre el rótulo de Plaza de la Abogacía. Una nomenclatura que, según el alcalde de la capital hispalense, José Luis Sanz, hace "un acto de justicia al reconocer de manera igualitaria y equitativa a un colectivo fundamental para la sociedad como el de la abogacía, que trabaja permanente por lograr la igualdad de derechos entre todas las personas de este país".

El alcalde de la ciudad ha estado acompañado del Decano del Ilustre Colegio de Abogados de Sevilla, Óscar Fernández León, quien ha manifestado que el nuevo nombre reconoce "a todos el ecosistema de la abogacía, y no solo a una parte también fundamental, como son los Letrados". Pero en "especial visibiliza a todas las personas que participan de la abogacía, los abogados y abogadas, en una ecuación en suma de género", ha añadido.

De este modo, "Como siempre toca hacer justicia y públicamente quiero reconocer a ese grupo de mujeres que impulsaron la iniciativa por su compromiso de adaptar el nombre a la realidad global de la profesión", ha destacado el decano.

Precisamente la abogada, María Jesús Correa, que desde hace años viene impulsando la actualización de la terminología, ha manifestado su gratitud al Ayuntamiento y al Colegio, y a todas las personas que promovieron esta iniciativa, indicando que "celebramos mucho más que un cambio de rótulo; celebramos justicia, igualdad y reparación. Durante años, el nombre 'calle de los letrados de Sevilla' invisibilizó a las letradas de la ciudad".

La abogada ha declarado que con esta nueva denominación, "estamos curando esa ceguera histórica y cumpliendo con normativas que exigen un lenguaje inclusivo, porque el lenguaje no inclusivo es discriminación y vulnera la igualdad. Este acto nos hace mejores como sociedad y como personas".

Sobre el autor:

Emilio Cabrera.

E. C.

Periodista.

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