La Navidad en Sevilla tiene este año un comentario recurrente: está rebosante. De luces, claro. De ambiente. De planes. Pero también de gente. Ha llegado a especularse con si ha existido un problema de seguridad en determinados momentos: el día del alumbrado navideño, el 2 de diciembre; y algunos momentos en el puente de la pasada semana. En la resaca de estas dos fechas, las tardes del centro son mucho más comedidas. Hay gente, claro, y se reúnen en torno a eventos. Por ejemplo, este miércoles se celebraba una caravana de taxistas solidarios que acercaron a niños con cáncer y ancianos a las luces navideñas.
Además, este miércoles el centro de Sevilla estaba pintado de azul. Por el desembarco de aficionados del Glasgow Rangers, el mismo equipo que en 2022 disputó la final de la Europa League en el Ramón Sánchez Pizjuán. Aficionados que vestían con camiseta, porque para un escocés, menos de 20 grados, parece, siguen siendo verano. El senegalés Bamba acude por Navidad a Sevilla para vender entre veladores. Reside habitualmente en Madrid, pero la presencia de mucha gente en Sevilla le trae a la ciudad durante un mes. No ha parado de vender sombreros azules brillantes, aprovechando que las mesas estaban llenas de aficionados. "La Navidad va muy bien. Hay más gente aquí y se vende mucho", asegura antes de retomar rápidamente su ruta entre mesas.
Sonia tiene su puesto de castañas en la avenida de la Constitución. Ella es pescadera y su pareja, Macario, trabaja en el sector del transporte. "El puente ha sido buenísimo. Esperando ahora a que den las vacaciones a los niños y otra vez al lío", explica. Son días más tranquilos en las zonas más concurridas, porque tras el citado alumbrado seguido del puente han llenado el centro, pero no será hasta que la próxima semana las familias se vean con los pequeños en casa y prácticamente se vean 'obligadas' a ofrecerles paseítos.
Tienen licencia hasta el 15 de enero con su puesto. "Llevamos 12 años viniendo. Somos trabajadores el resto del año, pero siempre echamos la temporadita. Sevilla está cogiendo muchísimo turismo desde octubre, cuando hemos llegado. No vamos malamente, gracias a Dios". La crisis, además, no ha llegado a su sector, asegura. "Yo las cojo al mismo precio y las vendo al mismo precio. Nos mantenemos".
A pesar de ser un día más de la semana, ni festivo ni 'finde', las colas no cesaban. Los belenes son una parada obligatoria para sevillanos y visitantes. Muestra de ello, el clásico de Cajasol en plaza de San Francisco, con una cola que llegaba casi a la plaza del Salvador. Colas y más colas, como una tradición. Colas en algunos bares en la hora punta. Con cuidado de que nadie beba de pie, claro, porque las multas continúan. Al menos, hasta que se apruebe la ordenanza de los 'tanques a la calle', que permitirá tomar la cerveza más allá de las mesas en el mediodía y al final de la tarde.
Colas, también, en las administraciones de lotería. El Gato Negro es un clásico. La administración número 13 de Sevilla, parte de ese reto al malfario. Ya le valió en diciembre de 2022, cuando repartió El Gordo. Una pareja almeriense, "de escapada romántica", cuentan, pasaba al final de la tarde su lotería navideña por el azulejo del gato en la puerta. Han esperado una cola larga de hora y media, pero tienen ilusión. Juanan explica que ella, Indara, había "buscado la administración más conocida". Llevan uno acabado en 9 y otro en 4. "Cuando estábamos llegando al final, se lo he dicho, que claro que toca, si es la que más vende", subraya ella.
La Navidad sevillana les está sorprendiendo, no necesariamente para bien, todo hay que decirlo. Porque el martes, la noche que llegaron, el centro "estaba muerto", todo lo contrario a los días que rozaron el colapso. Acudieron a la noria de Sevilla On Ice, y han estado de tiendas. Acudieron al restaurante temático de Dalí en Dos Hermanas, que sí les gustó. Y en cuanto a los puestos navideños alrededor del Archivo de Indias, lógicamente les llamó la atención el olor a incienso. "Sevilla es muy bonita, pero Almería es igual de bonita", enfatiza Indara.
Gonzalo Martín trabaja desde hace dos meses en otra administración de Lotería muy cerca, en el Arco del Postigo. No paran de vender, reconoce. Algún despistado, dice, le pide 'los rascas' que son de la ONCE y aquí no los venden. Es algo propio de los aficionados escoceses. Pero el puente, cuenta, ha sido de colas de visitantes en la ciudad que no querían irse sin su décimo de Navidad. "Mucho turista nacional y alguna gente del barrio". Lleva un décimo acabado en 140. "Vente el día 22 a celebrarlo, que va a tocar". Entre semana, están hasta las ocho y media, y los fines de semana cierran una hora antes. "Sobre todo, las tardes son de muchísimos clientes".
La Navidad en Sevilla no para y aún guarda para el día 20 de diciembre el estreno de Navigalia, el mapping que se ha trasladado al río. No como en el pasado año, que era en plaza San Francisco, porque los primeros días alguno aún preguntaba que a qué hora empezaba el espectáculo de luces. El próximo reto en cuanto a aglomeraciones será el viernes 15, de cara a un fin de semana que se espera de llenazo, previo a los que confluyen con Nochebuena, la semana que viene. No son esos días de bullicio. Y casi mejor para disfrutar el centro de Sevilla y sus luces entre semana. Para comer castañas o comprarse un gorro. O para ver belenes o hacer colas para un décimo. Sevilla no se para. Huele a incienso y a castañas.
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