Tanto Sevilla como el barrio de Triana ya han dado su último adiós a la cantante y artista María Jiménez. Su última voluntad se ha cumplido con creces y desde las 10:45 su férretro ha paseado por las calles de la ciudad y del barrio que la vio nacer hace 73 años y la vio morir este pasado jueves.
Antes de comenzar la comitiva con dirección a la misa que se ha celebrado en la Parroquia de Santa Ana, en el barrio de Triana, cientos de curiosos se agolpaban en la Plaza de San Francisco. Todos ellos han querido homenajear al hijo de la cantante con un fuerte aplauso que ha retumbado en Sevilla. La música y el compás ha estado presente desde el inicio hasta el final. Los sones de una guitarra flamenca han amenizado la ceremonia.
A partir de ahí, un coche con cuatro caballos ha transportado los restos mortales ante una gran presencia de público. Muchos de los asistentes, incluso, han querido que el adiós no fuese efímero y han optado por continuar y acompañar a la comitiva andando tras el féretro.
Sin duda, el momento más emotivo ha llegado una vez cruzado el puente. En su tierra de verdad, Triana. Donde próximamente tendrá una calle. Como si fuera la Virgen de la Esperanza ha encarado la calle Pureza convirtiendo la tisteza en alegría de sus vecinos. Los trianeros han correspondido el legado de María Jiménez con palmas por bulerías. Una mujer especial debía tener una despedida única.