Sevilla se encuentra muy vigilante ante la situación del río Guadaíra, un río sin presas, salvaje, apenas condicionado por los molinos harineros de Alcalá. Un río sevillano que, en realidad, nace en Cádiz, en Puerto Serrano, y discurre por kilómetros hasta la capital, hacia el Norte y el Oeste, para encontrarse con el Guadalquivir pasada la capital. Un río con una enorme cantidad de afluentes, como arroyo del Salado, y que recoge muchísima agua de las lluvias de la Sierra Sur y del entorno de Morón.
El río se encuentra actualmente en plena crecida. El agua circula con mayor fuerza en puntos donde apenas se distinguían charcos hace apenas un mes. Y desde la tarde del miércoles, los puntos de control de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir muestran que está por encima de su calado máximo.
En concreto, en Arahal el umbral máximo de desbordamiento está en cuatro metros. En la madrugada y las primeras horas del día ha rozado los cinco metros. Tras descender de límite rojo a naranja unos minutos, vuelve a rondar los 4,2 metros.
En Alcalá der Guadaíra, en un punto de control marcado como máximo en 5,2 metros, actualmente está en 5,5 metros, poco antes de las 18 horas del jueves. Pero un par de horas antes, estuvo en 6,5 metros. Es decir, en punto de desbordamiento. El Ayuntamiento de Alcalá ha pedido que no se emplee el Puente Romano, el más conocido de la localidad, o el de entrada habitual desde Dos Hermanas, el de la A392. Por el momento, las defensas contienen el agua, pero va con fuerza casi a la altura de algunos puentes, como el de la Vega.
En Sevilla capital, parte del río va en paralelo por la SE-30. En el punto de control de la CHG, el agua tiene como máximo 3 metros. Pues las cifras oficiales marcan casi cuatro metros. Es decir, también por encima del máximo.
¿Significa eso que el agua se vaya a meter en carreteras o zonas habitadas? No necesariamente, depende de cómo siga lloviendo y si los arroyos afluentes reducen la presión. Parece en los últimos minutos que comienza a bajar. Por eso, las próximas horas de lluvia son claves para saber qué pasará. En cualquier caso, la provincia está en aviso amarillo por lluvias, que si se cumplen o sobrepasan en expectativas pueden empezar a generar problemas.
Cada cierto tiempo, estos umbrales a menudo se superan sin que provoquen más que la inundación de alguna zona colindante, como algún paseo urbanizado. Así ocurrió en abril de este mismo año. Por eso, lo recomendable es mantener la precaución hasta que no se retire la amenaza.
El subdelegado del Gobierno central en Sevilla, Francisco Toscano, avisaba de que la previsión por lluvias importantes es hasta las 20 horas en Sierra Moreno, tiempo en el que se puede producir una acumulación de precipitaciones en apenas minutos. Si se producen, todo se puede complicar. "No son días de tomar riesgos, hay que evitar, en la medida de lo posible, los desplazamientos".