Aún con el sabor de las uvas, que diría alguno, han llegado los Reyes Magos a Sevilla. No sus carteros reales, no los pajes, y no Papá Noel, que ya se fue. Sus Majestades, Melchor, Gaspar y Baltasar, han salido en cortejo por la ciudad. En concreto, desde el Polígono Sur hasta el Parque de María Luisa, vía Felipe II, por La Oliva y por el Tiro de Línea.
Un espectáculo que ha llenado desde la tarde de este 2 de enero las calles del recorrido, esperando sus tradicionales caramelos -y caramelazos- y algunos juguetes. En una ciudad que, como reconoce el Ayuntamiento, quizás tiene demasiada cabalgata (alrededor de 40 en apenas 10 días), esta era la primera donde de verdad los niños han podido pedir deseos en persona a Sus Majestades.
El recorrido ha estado lleno de animales inflables, figurantes que iban bailando y muy buen ritmo. Casi ensordecedor, del chunda-chunda. Una miniorquesta iba abriendo el cortejo, aunque quizás ha faltado algo de música más navideña.
Y si algo tiene de tradicional una cabalgata, es que raro es que no acabe con la sensación de que faltaban caramelos y regalos. De vez en cuando, Sus Majestades iban sacando de la bolsa mágica balones o peluches.
Maribel, madre, explicaba al paso del cortejo en La Oliva que lleva "seis años saliendo en la cabalgata, que siempre es el día 6", como en casi todos los barrios este año, que tendrán su 'cabalgatita' tras la Gran Cabalgata del centro del día 5. En esta ocasión, indica, "el Distrito no sabía qué era lo que había realmente el día 2. El ambiente no ha sido malo, la gente se ha echado a la calle, pero los Reyes Magos no iban en carroza, iban en cacerolas".
Y es que, sí, han recorrido el Distrito Sur en unas plataformas redondas motorizadas, una fórmula algo particular. Hugo, su hijo, cuenta que ha pedido este año la "Play 5, el Fifa 24, un patinete eléctrico...". Su primo, Eric, se ha portado mejor que Hugo, que también quiere "la Play 5 y el Spiderman 2". Sí creen que faltaron caramelos. "Han tirado un regalo nada más".
Marta también iba con niños. "Ellos querían más caramelos, estamos tristes", decían tras el paso de Baltasar y cuando ya llegaban las barrederas municipales. "Dicen que no hay juguetes, eran pocos". Anaís y Dylan, de siete y seis años, enseñaban sus caramelos en una bolsa, pero sentían que se habían quedado cortos. "Han sido muy buenos". Otro Dylan, junto a ellos, explicaba con mucha ilusión que ha pedido "un juguete cabezón", y que cree que se lo traerán todo. "Me ha parecido muy bien la cabalgata".
Al inicio de Almirante Topete, Valentina cuenta que ha pedido este año "libros, un laboratorio de bolígrafos, unos funkopop y algunas cosas más. Yo creo que me he portado bien", dice sonriente. Su madre, Patricia, confesaba que "nos ha desconcertado que fuera el día 2", a diferencia del resto de años en que suelen acudir. Con ellas, Paula, algo más mayor, ha pedido simplemente "ropa". Porque las cartas a los Reyes Magos entienden de edades.
Aún están a tiempo, pequeños y mayores, de enmendarse si no han sido del todo buenos en 2023. La ilusión repartida a tres días de la gran noche de la magia por Sus Majestades en el Distrito Sur anima a portarse bien. Y en la carta, quizás, para el año que viene, podría pedirse una carroza para la próxima visita al Distrito de Melchor, Gaspar y Baltasar.