El amor es la respuesta para casi todo. Jesús Morales Jiménez, nacido en Sevilla hace 48 años, y orgullosamente bautizado en la barriada del Carmen de la Macarena, sabe de amor, amor por la hostelería. "Mi padre mi inculcó esta profesión tan bonita", admite este camarero, que el próximo 2023 cumplirá un cuarto de siglo –"las bodas de Plata de la hostelería sevillana"– detrás de la barra de la emblemática Casa Ricardo, conocida por sus croquetas, su sentimiento cofrade y su buenhacer. Esta semana Jesús está celebración, pues ha ganado el segundo premio en el Concurso de tiradores de cerveza que se celebra durante la Velá de Triana. "El templete es el más querido por los camareros porque representa al puente de Triana", advierte orgulloso.
Empezó a trabajar con 16 años cuando dejó el colegio, siguiendo la estela hostelera de su padre. "Mi primer trabajo fue como mozo de almacén en Oro Blanco, en la Encarnación", recuerda. Al poco tiempo, su padre y su tío cogieron un chiringuito comunitario –"cuando empezaron las piscinas de Sevilla Este"– para que Jesús lo llevara. "Ahí empecé en la hostelería, vendiendo helaítos, mis cervecitas, mis tintitos de verano y montaditos". Sus inicios como camarero comenzaron con una condición de su padre: "Me dijo que cuidara y defendiese mucho esta profesión". A partir de entonces, Jesús se la tomó muy en serio y lo más importante: "Disfruto muchísimo con lo que hago".
Este sevillano asegura que ser camarero es "una profesión muy digna, muy bonita y muy respetable". Su causa respecto a ella la tiene meridiana: "Defenderla mucho". Por eso las malas maneras o los camareros "malajes" le duelen. Recibe a lavozdelsur.es con total alegría, ya que esta esta semana ha ganado el premio más codiciado por hosteleros y hosteleras, el templete del Puente de Triana en el Concurso de tiradores de cerveza que organiza Cruzcampo en el Paseo de la O. "Era una ilusión mía, llevaba siete años presentándome y por fin este año el Puente se va para San Lorenzo", comenta risueño.
Sobre la mala fama de la Cruzcampo allende la Baja Andalucía, Jesús reconocer ser un defensor de "la Cruz del Campo". "Es la que siempre he visto desde chico y no he trabajado otra cerveza, aunque reconozco que hay mucha gente que prefieren otras marcas, comenta. ¿El secreto de una Cruzcampo bien tirada? Lo revela el recién galardonado: "El vaso tiene que estar muy limpio de agua fría, bien escurrido y servirlo con extra de cariño".
Jesús ve positivo que Andalucía sea tierra de camareros "porque eso quiere decir que hay muchos negocios y establecimientos abiertos". No obstante, el covid ha cambiado el contexto y la demanda de camareros ahora no se cubre. "Es un gran problema que se está creando, sobre todo en Sevilla", advierte Jesús, que piensa que mucha gente se ha acomodado. "Entiendo que existan ayudas para la gente que lo necesita, pero habiendo trabajo, aunque sea a media jornada...". En la propia Casa Ricardo buscan personal y aseguran estar dispuestos a formar a alguien que tenga ganas de trabajar. "Por ahora quien está cubriendo estos puestos de trabajo son personas extranjeras. Nosotros, por ejemplo, tenemos a dos compañeras en cocina, Jamie y Karen, de Bolivia y Colombia, que son dos máquinas trabajando", aprecia el camarero.
Para él, "trabajar en Casa Ricardo –que funciona como taberna desde 1898 y pertenece a la familia Núñez desde 1985– es como jugar en un equipo de Champions". Gracias a ello conoce a mucha gente y es reconocido fuera del bar. "Aquí el ambiente es muy selecto y en los últimos tiempos ha cambiado bastante, ya que ahora viene gente mucho más joven, de entre 25 a 50", asegura Jesús, quien recuerda que la clientela de siempre era "gente mayor que venía de misa y se tomaba luego una cervecita con sus croquetas como tradición". Sin embargo, "la cantera va empujando, por lo que esto es un bar de generaciones y sevillanas maneras", resalta el camarero.
He aquí la historia de un trabajador al que su padre le inculcó la profesión y que hoy, a sus 48, le ha trasladado el amor y el respeto por la hostelería a su hijo de 26, que actualmente trabaja en el Real Club de Andalucía, 'El Aero', en calle Francos. "Esa es la herencia que me dejó mi padre y es la que yo le voy a dejar a mi hijo", concluye orgulloso.