La Universidad de Sevilla está tratando de evitar este viernes que los estudiantes realicen la asamblea prevista para las 18.30 horas sobre Palestina. El grupo de trabajo PalestinUS, que reúne a estudiantes pero también a docentes, tenía prevista para este viernes 10 de mayo la reunión en la que se iba a debatir sumarse al movimiento de acampadas.
Estas protestas de universitarios, que donde más fuerza tomó ha sido en Estados Unidos, ha llegado a España, primero a la Complutense, pero también a Málaga o Granada. La convocatoria de esta reunión era también para estudiantes de la Universidad de Sevilla y de la Pablo de Olavide, y no estaba necesariamente cerrada tampoco para otros centros privados de Sevilla.
La posibilidad de comenzar una acampada definitiva era más que real. En el cartel de la convocatoria, se habla de esas futuras acampadas, anuncio de reclamaciones y grupos de trabajo para la elaboración de un discurso de defensa del pueblo palestino.
Desde este colectivo han denunciado el cierre del patio interior de la fuente donde se iba a celebrar la asamblea, interior del edificio del Rectorado, que impide el acceso incluso a la zona de cafeterías, en una jornada más de viernes con clases y docentes en despachos.
"Condenamos que el Rectorado manifieste su firme voluntad de impedir el derecho a reunión de sus alumnas. No vemos en esto más que la complicidad con la represión al movimiento propalestino, y con ello, el apoyo al genocidio. Resistiremos", denuncian desde Palestinus, que habla también de "hipocresía".
Y todo, porque la Universidad de Sevilla se suscribió al comunicado conjunto de la Conferencia de Rectores de España (CRUE) donde anunciaban que iban a revisar todos los acuerdos con Israel e iniciar, en la práctica, un boicot -de mayor o menor intensidad- como medida de presión.
Estas acampadas pueden parecer anecdóticas, pero su eco ha sido enorme en Estados Unidos. Tan es así que varios operativos policiales se han desarrollado en los campus para acabar con unas protestas que, sobre todo, tenían como objetivo evidenciar el doble cariz de la Casa Blanca, que tímidamente pedían un alto el fuego a Israel mientras seguían apoyando económica y militarmente al país.
En ese contexto, hay que recordar que varias informaciones sitúan a final de este mes el reconocimiento del Estado Palestino por parte del Gobierno español, en conjunto con la República de Irlanda, algo que supondrá un antes y un después en el seno de la UE con Israel.
El actual conflicto comenzó con un ataque de Hamás en un sábado sangriento, con ataques a civiles israelíes. La respuesta ha sido intensificar los bloqueos de alimentos, los bombardeos y provocar decenas de miles de muertos, más de 15.000 niños según cifras de hace varias semanas que no han sido actualizadas por autoridades independientes -por lo que se teme que sean muchas más víctimas- y demás atrocidades de un Estado que, teóricamente, es aliado de Occidente.
Desde el Gobierno español, especialmente desde IU y Sumar, ya se emplean términos como 'genocidio' para describir. Mientras Israel cuantifica alrededor de 2.000 víctimas, los palestinos lloran a más de 35.000, además de al menos 2 millones de desplazados.
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