Este jueves, Juan Bueno presentaba en rueda de prensa las líneas generales del proyecto de presupuestos para 2025. Un documento que incluye un 2,6% más que el año anterior como cifra completa: 1.058.830.033 euros. O sea, más de mil millones. Contando entes independientes, 1.365 millones. Cuenta con un incremento de percepciones procedentes del Estado, aunque a falta de Presupuestos Generales, es una estimación.
Pero lo más importante, dice el Ayuntamiento, es que incrementará las partidas de servicios públicos, como seguridad o limpieza. Lipasam contará con una financiación de 129 millones, un 15,8% más. Es clave para que, definitivamente, la ciudad esté más limpia, uno de los elementos que más valorarán los sevillanos cuando sean llamados a las urnas en dos años y medio. Asimismo, aumentan los fondos para Tussam, que dice el gobierno local que estaba infradotado.
Otro de los elementos es educación, mantenimiento de colegios, los CEIP, que son competencia municipal y que no paran de sufrir problemas. Y otro caballo de batalla es la cultura, piedra en el zapato del gobierno de José Luis Sanz en el primer año y medio de mandato. Habrá programa de flamenco en año que no hay Bienal, presume el ejecutivo. En ese ámbito, se ponen los mimbres para el centenario del 29. El proyecto incrementa también las partidas para lucha contra la pobreza, atención a menores, colectivos migrantes, mayores, discapacidad... Y no olvida el mantenimiento de barrios.
"Un presupuesto equilibrado para que Sevilla avance", señalaba Bueno, delegado de Hacienda, en rueda de prensa. "Se han incrementado las dotaciones de Lipasam para mejorar la limpieza; se han tenido en cuenta la realización de actuaciones de mejora de la eficiencia energética; se han establecido planes de rehabilitación y construcción de viviendas así como medidas para el fomento del alquiler asequible; se implantan medidas para fomentar el empleo y erradicar el riesgo de exclusión; se incrementa el gasto social; se fomenta la igualdad".
Del mismo modo, "se incrementan los gastos para fomento del empleo en barrios más desfavorecidos; mejora de todos los servicios públicos; rehabilitación de viviendas y parques; Y, entre otras de las medidas contempladas, ofrecemos actividades formativas, culturales y deportivas para los jóvenes, llegando incluso a abrir centros educativos los fines de semana para ello".
Sin embargo, todo es proyecto. Aún pasará por el filtro de la negociación con los partidos políticos. IU y Podemos podrían hacer peticiones, pero nunca, ni por el sí ni por la abstención, lo apoyarían. El PSOE parece hoy lejos de aquellos tiempos en que había acuerdos de este tipo, porque ya en 2024 fracasaron los intentos de negociación. Por tanto, todo depende de los tres concejales de Vox.
Los tiempos de mayor tensión entre las derechas del pleno han pasado. Tuvieron su punto de mayor fricción cuando las negociaciones para entrar en el gobierno fracasaron al filtrarse. Sanz respondió aplicando un artículo escondido de la Ley que suponía preguntar al pleno si quería que siguiera siendo alcalde: de ser que no, la oposición debía encontrar alternativa. Y al no haber candidato alternativo, en virtud de la norma, se abrochaba su continuidad a que se aprobaran las cuentas. Así fue como en agosto de 2024 Sanz pudo sacar adelante sus primeros presupuestos como alcalde: solo.
Una vez que los órdagos de Vox no han sido respondidos, la situación se ha ido normalizando. Vox apoyará las ordenanzas fiscales, algo impensable meses atrás. Ahora, toca el presupuesto, la norma más importante de toda administración. Y avisa de que es "poco ambicioso" lo que presenta el gobierno local.
"Aunque tendremos que analizar con detenimiento tanto las partidas de ingresos como las de gastos, tras un primer vistazo y a expensas de una valoración posterior, observamos que el gobierno del PP tendría que invertir más en determinados servicios públicos cuya eficiencia deja que desear, como la limpieza, la seguridad, la conservación del viario urbano o los barrios donde es bastante llamativo el escaso esfuerzo inversor", señalaba el jueves Cristina Peláez. "Se trata de gestionar mejor".
Aunque no es el punto que puede llevar el Ayuntamiento al bloqueo: detrás hay pura ideología. "El proyecto de presupuestos para el año que viene contiene los mismos errores que los de este año y los de los gobiernos del PSOE. Se insiste en seguir gastando dinero donde no se necesita, en subvenciones a los sindicatos, a los colectivos feministas o LGTBI, planes de igualdad ajenos al Ayuntamiento; se recupera la subvención directa a la Asociación de Transexuales ATA cuando hace dos años, la propia intervención general puso en duda su viabilidad jurídica".
Asimismo, "en cooperación al desarrollo, se aumenta el gasto en 650.000 euros, quintuplicando lo que se destina a rehabilitación del patrimonio municipal. En definitiva, demasiado dinero en mantener engrasada la maquinaria de la izquierda incrementando las partidas en publicidad y propaganda. Hablamos de malgastar, no de invertir".
Y son claros: o elimina esas partidas, o no van a apoyar las cuentas. "Es muy difícil, por no decir imposible, que VOX pueda apoyar unos presupuestos que despilfarra dinero en gasto puramente ideológico. Todo esto es inadmisible mientras miles de familias no llegan a final de mes, mientras tengamos cinco de los seis barrios más pobres de España y mientras necesitemos esos recursos para recuperar los servicios públicos más básicos".
Ahora, toca la negociación e intentar llegar a acuerdos antes de llegar a enero sin cuentas municipales, de nuevo. Lo que ya sabe el PP es lo que le va a pedir Vox.