El cielo despejado, el sol radiante y silencio. Se respira tranquilidad a unos metros del Castillo de Luna de Rota en un recoveco donde alojarse es una opción para aquellas personas amantes de descubrir ciudades. En una terraza que pronto no existirá, Juan Ramón Sánchez, roteño de 38 años, habla con entusiasmo del proyecto que quiso sacar adelante hace ya cuatro años. La pandemia no hizo añicos su afán de convertir casas con solera del casco antiguo, en coquetos apartamentos. “Este edificio contará con dos plantas más”, dice el artífice de 7 escalones, iniciativa pensada para el turismo con la que busca dar una nueva vida a los vestigios del pasado.
“Siempre me han gustado las casas con encanto y soy un apasionado de la arquitectura”, comenta Juan Ramón, graduado en Ciencias Políticas en Madrid. Aunque no llegó a ejercer, trabajó en una tienda de ropa y asomó la cabeza en la hostelería hasta que, once años después, decidió dar un giro a su vida. Dejó la capital española para volver a su tierra y fundó una tienda de vinos que acabó transformándose en un bar. Paralelamente, consiguió un puesto en el Ayuntamiento, que además, compaginaba con la nueva idea que estaba brotando en su mente.
“Siempre iba buscando casas por el centro, quería tener una y poder ofrecerla a la gente. Me costó mucho encontrar la perfecta”, comenta. Fue en 2016 cuando su búsqueda dio resultado, cerró el bar y compró el número 3 de la calle Luis Vázquez, una vivienda construida en el siglo XIX donde antaño vivían familias de marineros. La última que resistió fue Los Carpo, la única que permanecía de las tres que habitaban en esta casa de vecinos con el típico patio interior.
"Quería una casa andaluza, blanca y con mucha vegetación"
El roteño recorre los rincones del inmueble, que conoce como la palma de su mano después de un año y medio de vueltas al coco y obras desde cero. “Estaba completamente en ruinas”, recuerda desde el rellano. Durante ese periodo visitó muchos pueblos blancos para inspirarse en la estructura y decoración del primer alojamiento turístico que inauguró el 2 de junio de 2019. “Me colaba en las casas, miraba los suelos, quería una casa andaluza, blanca y con mucha vegetación. Hoteles estandarizados los hay en todos lados”, comenta.
Al proyecto le llamó 7 escalones en homenaje a los que se encontraban originalmente en la entrada de la casa, que ahora conversa seis al ser sustituido el último por la rampa para la accesibilidad universal. Siete escaleras, siete días a la semana abiertos, un heptágono. Este número ha dejado huella en el edificio de tres apartamentos. Y no es el único. También se localizan tres en la calle Veracruz, uno en la plaza Barroso, otro en la calle Caracol o uno en la calle Calvario, unos doce. Todos en el casco antiguo e interconectados, es decir, los inquilinos pueden utilizar las zonas comunes que pronto estarán disponibles.
Juan Ramón enseña la vivienda transformada. “Hemos intentado salvar todo lo posible de la casa original, pero lo único que hemos podido conservar son dos vigas, una contraventana de madera y el suelo hidráulico del patio”, explica mientras se adentra en las habitaciones.
Desde que puso en marcha 7 escalones, está encantado con la acogida. “Solo tengo palabras de agradecimiento tanto al pueblo de Rota como a mis compañeros del sector, se colabora mucho, trabajamos codo a codo”, destaca el roteño que ha puesto su granito de arena para revitalizar una zona repleta de edificios deteriorados.
“Desde que nos instalamos el barrio ha resurgido, se han abierto negocios nuevos, se ha convertido en una zona de paso para los turistas”, sostiene. No solo se nota el trasiego por los apartamentos sino también por la decoración de los callejones colindantes. Unas llamativas macetas cuyos ojos vigilan desde las fachadas. Todas representan rostros de los vecinos que viven en las diferentes calles y son obra del artista Julio Malvido. “La mia y la de mi padre fueron las primeras que se colocaron”, dice debajo del adorno.
Cerca de la cabeza de su progenitor se encuentra la de Inmaculada Marrufo Carpo, una de las últimas vecinas del inmueble. Su cara está orientada a la ventana de la que fuera su hogar en el antiguo barrio marinero, a unos metros de la del alcalde y los concejales.
"Tendrá un jacuzzi con vistas a la Bahía"
En octubre de este año, Juan Ramón continuará con la segunda fase del proyecto que contempla ampliar la casa y las zonas comunes. “Tendrá tres apartamentos más, un dúplex, dos estudios, una terraza chill out y un jacuzzi con vistas a la Bahía”, detalla el roteño, que espera finalizar la obra en verano de 2024.
Tras una vuelta por el centro revela las ubicaciones de otros apartamentos boutique que están creados apostando por la digitalización, es decir, cuentan con sensores automáticos y otras características. “Son mecanismos de ahorro energético, para cuando los inquilinos se dejan el aire acondicionado, se apaga solo”, comenta desde una habitación con jacuzzi.
Esta medida también está pensada para los propietarios de las viviendas que confían en 7 escalones. Según cuenta a lavozdelsur.es, hay apartamentos que son propiedad de Juan Ramón y otros que pertenecen a otras personas que desean sacarle partido. “Los propietarios que tienen viviendas vacías tienen la posibilidad de tenerla alquilada todo el año sin ninguna preocupación, nosotros nos encargamos de forma integral”, sostiene.
Sus pies pisan una estancia acogedora y moderna con la que busca obtener la Q de calidad y seguir consolidando una oferta turística cuyas paredes guardan historias y conversaciones del día a día.
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